Los maestros rurales ganan menos de la mitad del salario de aquellos que laboran en la urbe, lo que contribuye a mantener a la educación de las zonas más marginadas del país en estado de vulnerabilidad, señala la organización civil Mexicanos Primero.

 

En su estudio (Mal) Gasto, la asociación que preside Carlos X. González, refiere que un maestro que trabaja en comunidades alejadas en el estado de Guerrero gana menos de 13 mil pesos, considerando su sueldo bases más incentivos y prestaciones, mientras que uno que trabaja en la capital o las principales ciudades de la entidad recibe hasta 30 mil pesos al mes.

 

Es decir, la diferencia puede ser de 1.5 hasta 2.3 veces. La plaza tiene las mismas características, derechos y obligaciones, pero su sueldo base es muy diferente y depende del centro de trabajo donde esté adscrito el profesor.

 

Para la elaboración de la investigación, Mexicanos Primero analizó los sueldos de Zacatecas, Sonora, Guerrero, Estado de México y Nuevo León, en los cuales promedio es de 26 mil 668 pesos.

 

Además, la investigación encontró que un maestro de la ciudad tiene el doble de posibilidades de obtener una segunda plaza de trabajo -lo que le permitirá un ingreso mayor-, en comparación con aquel que trabaja en el campo o regiones indígenas.

 

En estas últimas, los maestros que llegan a las escuelas son los recién egresados de las normales, quienes deben enfrentar carencias de servicios como baño, luz, agua, material para trabajar y hasta aulas, además del problema de que los menores no hablan español sino una lengua indígena, según el testimonio del maestros Adolfo, integrante de la CNTE y originario de la región de la selva Lacandona en Chiapas.

 

El profesor explicó que los recién llegados primero aprenden la lengua de la región y luego enseñan a los niños a hablar español. Una vez que lo logran entonces sí pueden iniciar el programa del ciclo escolar. “Y eso nadie nos lo reconoce ¿verdad?”, refirió el docente.

 

“¿Quién va a querer ir a las escuelas rurales con esas disparidades?”, cuestionó Jennifer O’Donoghue, investigadora de la organización civil y responsable de dicho análisis.

 

La investigadora detalló que los bajos sueldos y pocas oportunidades de crecimiento dentro del magisterio empuja a los maestros a salir lo más pronto posible de las comunidades rurales, lo que genera una rotación mayor de docentes en las escuelas.

 

“Durante un trabajo de campo conocí una escuela donde habían cambiado seis veces de maestros en el mismo ciclo escolar. ¡Seis! Las mamás estaban preocupadas porque ningún maestro se quedada en la escuela y cuando falta el maestro en estas escuelas no hay otro que te pueda cubrir al faltante, muchas veces es el único maestro y entonces toda la escuela se queda sin clases”, explicó O’Donoghue.

 

El dato más reciente que tiene la asociación es que en el primer trimestre de 2011, 18 mil maestros rurales abandonaron su centro de trabajo en las zonas marginadas de los estados, pero únicamente se incorporaron 15 mil 500 docentes, lo que dejó un déficit de dos mil 500 grupos que se quedaron sin maestro los siguientes meses del ciclo escolar.

 

El sistema actual de pago, señala el estudio, impulsa la rotación de los docentes lo que, a su vez, inhibe el aprendizaje de los niños y la correcta implementación de las políticas públicas, dejando en el abandono a la población más vulnerable.

 

Para David Calderón, presidente de Mexicanos Primero, la situación de los maestros envía un mensaje a las comunidades más pobres: “Los maestros rurales se quieren ir porque quedarse en la escuela rural es señal de fracaso. Y el Estado les dice que es lo único que les pueden dar, pero no importa porque son indígenas”.

 

No obstante, reconoció que existen muchos docentes que regresan a las comunidades por vocación, a pesar de las circunstancias en las que trabajan todos los días y no tener un sueldo que retribuya esa labor.

 

EL DATO

 

13 MIL PESOS O MENOS, EL SUELDO DE UN MAESTRO RURAL

30 MIL PESOS PUEDE ALCANZAR UN PROFESOR EN LAS CIUDADES