Recién publicado el último estudio de Interbrand 2013 donde Apple, Google y Coca-Cola son las tres marcas globales mejor valoradas, en ese orden, y cuyo éxito en las redes sociales con sus miles de followers muestran de su gran poderío, hace que muchas pequeñas empresas piensen que el tema de las redes sociales es sólo para las grandes compañías. Es tan fácil abrir una cuenta en Facebook que muchas empresas tienen su perfil, pero no saben qué contenido publicar, pues confían únicamente en la página web para impulsar el negocio. Pequeños empresarios abren su página en Facebook con gran ilusión para dar a conocer su trabajo a otros usuarios de la red social, pero estas páginas terminan siendo olvidadas porque  normalmente dejan de publicar y quedan obsoletas.

 

Lo más importante en la creación de contenido en un perfil de una red social es la creación de valor, adecuado a cada tipo de negocio. Por ejemplo, si la empresa es de servicios la tarea debe centrarse en crear una reputación de su marca, olvidándonos de la autopromoción como tal. Esta reputación podría conseguirse publicando infografías, artículos o enlaces a otros servicios que les pueda servir de apoyo, y en último lugar lo relacionado con nuestros servicios.

 

Si el negocio tiene que ver con el entretenimiento, entonces el contenido visual es lo más relevante, con imágenes y videos divertidos, o famosos usando el producto, por ejemplo. Se puede también crear una sección de preguntas frecuentes con las dudas más habituales de los clientes, interactuando con los seguidores. Es recomendable publicar las últimas promociones o por ejemplo, crear unas exclusivas para los seguidores de Facebook. La publicación de comentarios o información que refleje los valores de la marca es una estrategia altamente positiva.

 

Pero si hay algo que no debemos olvidar es que detrás de Facebook hay personas, algo muy obvio pero que los community managers están olvidando por el uso excesivo de la programación de contenidos que les facilita su trabajo. Se está corriendo el riesgo de deshumanizar los perfiles sociales de la marca. Por ello, se hace necesario crear un contenido no sólo atractivo y original sino también humano. Hay que seguir la regla del 80/20, que señala que el 80% del contenido publicado debe ser humano y original, y el otro 20% dejarse a la autopromoción y a la programación.

 

Para lograrlo, hay que apelar a las emociones con tres tipos de publicaciones: las informativas, las creativas y las divertidas. Para las primeras, el contenido tiene por objetivo el difundir el conocimiento sobre el producto o servicio proporcionando información como estudios, opiniones y recomendaciones. Todo ello aumentará la credibilidad de la marca. Las publicaciones creativas nos servirán para hacer campañas y concursos. Algo muy visual y compartible por los seguidores. Por último, el contenido divertido servirá para atrapar a aquel usuario que busca diversión fundamentalmente en las redes sociales. Hay muchos usuarios que recurren a sus marcas preferidas para buscar este tipo de contenido.

 

Ahora bien, es importante publicar contenido único en cada red social, es decir, no todo lo que está en Facebook debe estar en Twitter y viceversa, ya que hay que aprovechar las ventajas y el público de cada plataforma. También nos podemos encontrar con que una empresa tenga diferentes perfiles dentro de una misma red social por la necesidad de mantener una cercana relación con cada uno de sus públicos. Un claro ejemplo de esta situación son los medios de comunicación que crean diferentes perfiles por cada una de sus secciones, o aquellas empresas que lo hacen por cada uno de sus productos, o aquellas que lo hacen por sus diferentes localizaciones a pesar de ser la misma empresa,  pero que le dan un toque de cercanía y complicidad con su seguidor. Y para finalizar, no hay que esperar que la empresa inicie las conversaciones de manera oficial. No se trata sólo de dar pie a la conversación sino de unirse a todas aquellas en las que se hable de la marca.