La gloria es efímera… sólo la fama es duradera
Guerlain
No todos los frascos de perfume pueden presumir de ser el emblema de una firma legendaria ni, mucho menos, de haber conservado su extraordinaria belleza durante más de un siglo.
El fabuloso, y aristocrático, frasco de las Abejas, el símbolo fetiche de la casa Guerlain, celebra nada menos que 160 años de su creación en 1853.
Una fragancia que era (y es) brillante, fresca, ligera, siempre alegre y extrovertida que sólo podía encerrarse en un frasco excepcional, tan majestuoso como su dueña.
Para ello, el maestro perfumista pidió a la Cristalería Pochet du Courval un frasco, ¿el resultado? Una botella cilíndrica adornada con 69 abejas (inspirada en el escudo de armas de la familia imperial) y festones bañados en oro y cuya parte superior se remata en forma de cúpula.
La quintaesencia del refinamiento convertida en algo más que una obra de arte, el icono de una de las firmas más antiguas y emblemáticas del universo de la perfumería y la cosmética parisinas.
Para celebrar tal acontecimiento Guerlain, en colaboración con el Institut National des Métiers d’Art, ha invitado a nueve maestros artesanos que crearán, cada uno de ellos, una auténtica obra de arte inspirada por y en torno al Frasco de las Abejas.
Esta propuesta generará una exposición única y multidisciplinaria que se inaugurará el próximo mes de noviembre en la tienda insignia del imperio Guerlain, el 68 Avenue des Champs-Elysées, en París.
¿A qué huele?
Eau de Cologne Impériale de Guerlain
Las notas superiores son de color naranja, cítricos, hierba luisa, neroli, bergamota y limón; notas de fondo son el romero, haba tonka y cedro.