El DJ Avicii se presentó el pasado viernes en la Ciudad de México. Aunque le faltaron varias canciones de la nueva producción, demostró que estuvo al nivel y deleite de los 20 mil asistentes a la Expo Bancomer; además, rompió miles de corazones, pues las chicas comprobaron que de verdad es muy guapo y eso le ha permitido desarrollar también una carrera como modelo. Así que aplausos para él por su profesionalismo y talento.

 

Los abucheos son para los organizadores por su falta de responsabilidad social y control en sus eventos, así como por infringir la ley.

 

La venta fue abierta a todo público, por lo que no hubo límite de edad. Es importante decir que la empresa estaba consciente de que habría muchos niños en el lugar, ya que se les preguntaba tanto en la venta telefónica como en sus redes al respecto, en lo que reiteraban era un evento para toda la familia; pero no tuvieron la capacidad –o ganas- para controlar el consumo de alcohol y sustancias no permitidas en el lugar, ni en adultos ni en menores de edad.

 

El recinto completo olía, literalmente, a marihuana y tabaco. Los chicos desde 10 y 12 así como los adultos fumaron tabaco, por decir lo menos, y sin que nadie les llamara la atención en el interior del lugar. Esto está prohibido por la ley al ser un lugar cerrado en el que conviven niños y adultos, por lo que hay zonas al exterior que están dedicadas para ello pero que, en este caso, no se utilizaron pues ni los organizadores ni el local cumplieron con ello.

 

El consumo de alcohol también fue sin control. A pesar de que se anunció que la venta sería previa identificación no fue así. Los adolescentes tuvieron acceso a cerveza, por decir lo menos, y muchos de ellos no salieron muy bien del lugar.

 

Por supuesto existe una responsabilidad de los padres de estos chicos que los dejaron entrar solos al lugar. Decimos entrar porque muchos de ellos los llevaron pero se pasaron las casi 5 horas fuera del recinto esperando a que salieran, por lo que no se dieron cuenta de lo que pasaba dentro, si lo hubieran sabido no creemos que los dejarían ir.

 

Así que esto es una responsabilidad compartida. No queremos que nuestros niños vivan cosas que aún no les corresponde pero cedemos a sus caprichos y los dejamos ir sin mayor reparo a un espacio que definitivamente no es para ellos y en el que están verdaderamente expuestos. De los organizadores ni qué decir, con tal de llenar el lugar y vender las bebidas dentro, no tienen reparo en violar la ley y sonreír.