En agosto de este año, la inflación en México, de 3.5 por ciento anual, fue la tercera más alta en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo debajo de Turquía e Islandia.
A pesar de la moderación que ha registrado la inflación anual en México en los últimos tres meses, en agosto pasado representó el doble de la tasa promedio de 1.7% de la OCDE en dicho mes.
El organismo internacional refiere en su reporte mensual que la inflación anual de México en agosto fue resultado del alza de 7.1% en los precios de la energía, mientras que los precios de los alimentos se incrementaron 4.0 por ciento.
Da a conocer que la inflación anual para el conjunto de 34 países que integran la OCDE fue de 1.7% en agosto de 2013, menor a la 2.0% de julio previo.
Explicó que esta reducción en la inflación anual refleja una fuerte desaceleración en los precios de la energía, a 1.7 por ciento en agosto desde 4.5 por ciento en julio, y una ligera baja en los precios de los alimentos, a 2.1 por ciento desde 2.2 por ciento en el mismo lapso.
En tanto, abunda, la inflación subyacente en la OCDE, que excluye los precios de los alimentos y los energéticos, se mantuvo estable en 1.6 por ciento anual en agosto de este año.
Detalla que en el octavo mes del año, los países de la OCDE con mayores tasas de inflación anual fueron Turquía con 8.2 por ciento, Islandia con 4.4%, México con 3.5%, Noruega con 3.2, Estonia con 2.9, Holanda 2.8 con por ciento y Reino Unido 2.7 por ciento.
En contraste, anota, sólo Grecia registró una baja en los precios al consumidor durante agosto pasado, de 1.3 por ciento, mientras que Suiza tuvo una nula variación.
La OCDE refiere que los países con tasas bajas de inflación anual fueron Suecia con 0.1 por ciento, Irlanda y Portugal con 0.2 por ciento, cada uno; Dinamarca con 0.4 por ciento y Nueva Zelanda con 0.7 por ciento.
En su comparación mensual, los precios al consumidor en el área de la OCDE aumentaron 0.1 por ciento en agosto de 2013.
Al interior del Grupo de los Siete (G7), agrega, los precios al consumidor subieron 0.5 por ciento en Francia, 0.4 por ciento en Italia y Reino Unido, en cada caso; 0.3 por ciento en Japón y 0.1 por ciento en Estados Unidos, mientras en Canadá y Alemania se mantuvieron estables.