Para 2050, 88% de la población mexicana vivirá en zonas urbanas, por lo cual la producción de alimentos será uno de los mayores retos dado que el crecimiento de la demanda será más acelerado que el de la oferta, advirtió Timothy Wise, director del Instituto de Desarrollo y Ambiente (GDAE) de la Universidad Tufts, de Estados Unidos.
Aunado a esto, el cambio climático, la reducción de la disponibilidad de agua y la degradación del suelo serán un desafío cada vez mayor para los productores de alimentos, ya que existe la amenaza da caer en un estrés hídrico que afecte al planeta con la pérdida de hasta 49% de los cereales y 45% del PIB mundial, agregó durante el 10 Foro Global Agroalimentario.
Con él coincidió Mark W. Rosegrant, director de la División de Tecnología para el Medio Ambiente y la Producción del Instituto de Investigaciones sobre Políticas Agroalimentarias (IFPRI), de EU, quien señaló que en México, debido al calentamiento global en las próximas cuatro décadas la producción de maíz de temporal podría reducirse entre 12% y 17%, mientras que el de riego bajaría entre 10% y 20%; de igual modo, la producción de trigo podría disminuir hasta 26%.
A nivel global, los expertos anticipan que en los próximos años, 52% de la población mundial podría padecer hambruna ante una posible caída en la producción de alimentos. Esto debido a que la demanda de productos alimenticios podría ser del doble que la oferta.
Según sus cálculos, en 2050 en el planeta habrán nueve mil millones de habitantes, por lo que se requerirá de al menos 60% más alimentos de los que hay en la actualidad para satisfacer la necesidad primaria de todas las personas.
Sin embargo, el reto se torna complicado debido a que cada vez son más las personas que emigran del campo a las ciudades en busca de una mejor calidad de vida, lo que dejará al sector agrario sin mano de obra suficiente para producir más alimento.
“Las personas más afectadas por este fenómeno serán las que viven en aquellas zonas donde hay escasez de agua, regiones que tendrán un incremento de población de 90% en las próximas décadas. Serán unos cuatro mil 700 millones de seres humanos los que vivan en estas condiciones, por lo que el reto será encontrar la forma de producir alimentos para ellos”, agregó el especialista.
Ante un escenario cada vez más complicado para la producción alimentaria, Rosegrant subrayó la necesidad de diseñar políticas públicas así como realizar mayor inversión enfocadas al sector agropecuario, sobre todo a la agricultura sustentable.
Los expertos señalaron la necesidad de atraer inversiones para fortalecer la infraestructura hidroagrícola, así como la promoción de esquemas que optimicen el uso de los energéticos en la producción del medio rural.
Estas inversiones deberán obedecer a la conformación de modelos de agronegocios que generen valor agregado a la cadena productiva y mejoren los ingresos de los pequeños y medianos productores, así como a la coordinación de la iniciativa privada y el sector público para la conformación de proyectos productivos, rentables y de impacto regional, argumentó Dolf Hogewoning, embajador de los Países Bajos.