Ser recordado como parte de la primera generación del siglo XXI que no pudo calificar a una Copa del Mundo de la FIFA eriza la piel de más de uno en la Selección mexicana, más si ese uno lleva implícito el carácter de naturalizado, como sucede con Lucas Lobos, argentino nacido apenas un año después de que su país natal se coronara en 1978.

 

Muy lejos del cono sur y la gloria futbolística albiceleste anda el oriundo de La Plata, Argentina; sufriendo con nudo en las tripas incluido. Y mientras, el representativo argentino camina tranquilo rumbo a la Copa del Mundo de Brasil 2014. Pero a Lobos le gustó el camino de piedra a la máxima justa futbolística, por no decir que el único que le quedó.

 

Hoy se dice listo para defender como el más bravo charro gaucho, vistiendo una playera verde, que corre el riesgo de dejar marcada a una generación de futbolistas.

 

Y es que basta decir que de los seleccionados, que en este momento conforman el Tricolor, ninguno conoce lo que es una eliminación de una Copa del Mundo; cierto, existe la mancha negra de Italia 1990, al que los verdes no fueron, castigados por el caso de los cachirules. Fuera de ese hecho, México ha asistido desde 1994 a la fecha a todos y cada uno de los Mundiales que se han jugado en América, Europa, Asia y, claro, África.

 

La última vez que México quedó eliminado en la cancha de una Copa del Mundo hay que ir a los libros de historia y fijarse en el Premundial de Honduras, de noviembre de 1981, que dejó fuera a los verdes del Mundial de España 1982. En ese año, del actual seleccionado, sólo habían nacido el capitán Rafael Márquez (1979) y Jonny Magallón (1981), un par de chiquillos chupón incluido.

 

Luego de ese fracaso en tierras hondureñas, el técnico de aquella selección, Raúl Cárdenas, exitoso como pocos en Cruz Azul y América, nunca más volvió a dirigir un combinado nacional. De los hombres que perdieron el derecho a jugar en España 82, sólo Hugo Sánchez jugó en Mundiales, el arquero Francisco Castrejón no volvió a ser seleccionado; y así se fue diluyendo el resto de una alineación que completaban hombres como: López Zarza, Mendizábal…

 

Hoy nadie quiere pasar por eso. Ser señalado como parte del equipo que dejó al país sin la más grande fiesta futbolística. Lucas Lobos lo asegura: “Hay confianza, todos los que estamos acá tenemos ese sentimiento”, aunque advierte, “claro que hay que estar conscientes de que existe por ahí esa posibilidad (de quedar fuera del Mundial)”.

 

Algunos otros, como Chicharito Hernández buscan en la seguridad que le da jugar en la Liga Premier la fuerza de su voz, ésa que dicta que encararán el duelo ante Panamá sin volverse locos, “como cualquier otro partido, con gran seguridad y determinación para poder ganar el viernes”.

 

No podía ser de otra forma, aunque en el medio futbolístico nacional cruzan los dedos porque así sea. Aunque todo se resume en la intención de Guillermo Ochoa, esa que dice: “No importa cómo, sólo digo que tenemos que ganar como sea”.

 

Es la premisa, a menos que, precisamente la generación considerada como más talentosa de todos los tiempos en el futbol mexicano; la de Giovani, Chicharito, Guardado, Corona, Ochoa, y compañía; sea paradójicamente, también la primera en dejar al futbol mexicano sin el más grande evento del balompié en el orbe en el siglo 21.

 

 “Sólo Judas… tuvo miedo”

 

Víctor Manuel Vucetich quiso jugar con las palabras pero se arrepintió a medio camino y después se puso colorado como un jitomate. Alguien le preguntó si tenía miedo de equivocarse el viernes ante Panamá y la risa le ganó, deleitándose por anticipado en lo que iba a decir.

 

“Te voy a contestar en una sola… acuérdate que Judas… no’más tuvo miedo”, dijo y pasaron un par de segundos antes de que los presentes en el auditorio del Centro de Alto Rendimiento estallaran en carcajadas.

 

“O sea… No… ¡Perdón!… je je je, ¡No! Por eso dije ‘nada más tuvo miedo’ ¡eh!“, aclaró entre risas y ruborizado como adolescente, sabiendo que todos entendieron el juego de palabras con el que rompió la incómoda tensión: Sólo Judas te…mió, fue lo que quiso decir y no se atrevió.

 

Había estado respondiendo a preguntas repetitivas, cargadas de desconfianza, incluso alguna burlona cuando le cuestionaron si, cómo dijo el técnico de Panamá en días pasados, se iba a tocar el himno de México, de Argentina o el Son de la Negra, aludiendo a los dos naturalizados albicelestes que tiene el equipo.

 

Ya más en confianza, Vucetich dijo que él no sabía qué había pasado en tiempos de José Manuel de la Torre, pero aunque estos son los mismos jugadores, él los conoce mejor, a muchos los ha dirigido años y está seguro de que no olvidaron todo el futbol que saben.

 

Y dejó en claro que el viernes sólo cuenta ganar, que él en su larga trayectoria ha estado más de una vez en casos como éste y sabe qué hacer, y aseguró que México no tiene buenas, sino “buenisímas” oportunidades de llegar al Mundial.