La falta de planeación y policías sin equipo adecuado ni adiestramiento para controlar multitudes, fracturaron el dispositivo de seguridad el 2 de octubre, facilitaron los actos violentos y desencadenaron los abusos policiacos, sostuvieron especialistas en seguridad y operaciones policiales.
Se trató de un operativo a lo largo de 3.3 kilómetros, en el que participaron 4 mil 500 policías, el mayor número del Cuerpo de Granaderos, y el último tramo, mil metros, en donde se fisuró toda la operación, fueron colocados los Policía Bancarios Industrial (PBI), una corporación que no tiene el mismo nivel de entrenamiento que los primeros, para contención y disuasión de manifestantes, mucho menos el equipo de protección y reacción.
Los agentes de la PBI, afirmaron los especialistas Bernardo Gómez y Gabriel Regino, nunca debieron estar en la línea de contención de los manifestantes. Eso pone en evidencia, coincidieron, que faltó estrategia, mando y toma de decisiones efectivas en el lugar.
“La Policía Bancaria Industrial no está diseñada para contención de multitudes. Como lo muestran los videos que se difundieron, el uniforme, el tipo de caso y escudo no son propios, ni similares a los que traen los agrupamientos de granaderos (…) Es un tipo de policía con un perfil más ciudadano, con especialización en servicios intramuros”, aseveró, Bernardo Gómez del Campo, maestro en Ciencias Penales y Criminalística.
Sin embargo, no son los jefes que tomaron las decisiones los que están ahora bajo investigación, sino los policías que, en total descontrol, devolvieron las piedras que les lanzaron, con sus cascos, macanas y escudos golpearon a varios manifestantes, quienes a su vez provocaron heridas en 30 agentes.
Gabriel Regino García, abogado penalista y profesor de Criminología en la UNAM, señaló que las decisiones de los mandos en campo debieron distribuir de manera efectiva al personal disuasivo.
“Es de suma importancia cómo se ejerce el mando en el plano de la movilización, porque si colocas a los elementos de disuasión en los lugares donde puede presentarse algún incidente es posible que sean víctimas de una agresión violenta y que no puedan, ya no digamos repeler, si no defender y garantizar su propia integridad, tal y como sucedió”, precisó Regino García.
Entrevistados por 24 HORAS, los especialistas alertaron en que el problema es mucho más grave de lo que parece: los mandos tienen miedo de usar la fuerza que la ley les permite, no tienen el equipo suficiente y su entrenamiento responde a las expresiones de violencia que en los últimos 9 meses se han presentado en las movilizaciones.
“Debe entenderse que efectivamente hay derechos humanos, pero no pueden ser secuestrados por una minoría radical, porque son de todos”, lanzó Regino García.
Inteligencia policial
La orden de operaciones resulta del análisis de lo que ha ocurrido en manifestaciones anteriores y de los grupos que se prevé que participen, para identificar antes a las células conflictivas, su forma de operar y sus blancos.
Esas tareas las lleva a cabo el área de inteligencia policial, así se puede diseñar una estrategia en la que la ruta de la manifestación tiene diferentes niveles de seguridad y control, que se plasma en la orden de operaciones que los policías deberán seguir.
“A partir de esa planeación, se debe organizar la fuerza en campo. En el momento de detectar actos delictivos darle seguimiento y una vez que baje la presión, hacer el aseguramiento. No se requiere violencia, ni golpes”, puntualizó Bernardo Gómez.
Con esta visión es que “los granaderos deben estar en los puntos donde se espera que pueda surgir la violencia, los refuerzos deben hacer presencia en la valla, al inicio (de la marcha)”, añadió Regino García.
“Cuando hace falta estado de fuerza se jalan servicios de otros lados, y ahí es donde viene el estratega policial, donde los mandos deben decidir: no voy a poner al policía con el perfil más ciudadano (como los PBI) al frente porque lo quemo, los lastimo, los lesionan, lo pongo hasta atrás para contener al ciudadano común y corriente, a las personas que por error quedaron en medio de la marcha”, coincidió Gómez del Campo.
DATO:
México no cuenta con clínicas de desintoxicación para que los grupos tácticos liberen el estrés después de una operación con alta carga emocional, que permita no perder el control en la siguiente tarea.
“Ríen, sudan bailan, y después tiene un descanso de 30 horas profundo, para después regresan a entrenamiento, no ha otro operativo”, sostuvo el especialista
GRANADERO
-Altamente tolerantes a la frustración
-Con fuerza física suficiente
-Alto nivel de entrenamiento físico para realizar tareas límite.
-Entrenamiento mental táctico para operaciones sensibles
-Su equipo consta de protectores en piernas, rodillas, brazos, guantes, cascos, chaleco antibalas, cubre cuellos, visor, escudo, tolete y pistola lanza gases
PBI
-Con capacidad para contacto ciudadano
-Especializado en vigilancia intramuros
-Entrenamiento en manejo de armas y persecución de delincuentes
-Entrenados para extraer ciudadanos de zonas de conflicto.
-Capaces de contener vialidades y control de personas.
– Su equipo es gorra, chaleco antibalas y pistola o AR-15.
-El escudo y casco no es parte esencial de su equipo