WASHINGTON. La joven activista paquistaní Malala Yousafzai llamó este viernes a combatir al terrorismo y la pobreza con educación, no con las armas, en el marco de la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
“La mejor manera de combatir el terrorismo no es por medio de las armas, si quieren terminar una guerra con otra guerra nunca se va a acabar”, señaló la adolescente de 16 años, quien se ha convertido en activista a favor de la educación de las niñas.
Malala sostuvo este viernes una conversación con el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, sobre la importancia de la educación en la población infantil a propósito de la Día Internacional de la Niña.
La adolescente, quien fue herida por fundamentalistas talibanes hace un año, tras ser acusada de promover “ideas occidentales” en detrimento de las enseñazas del Islam, criticó a Estados Unidos por destinar fondos para la compra de armamento.
“Necesitamos gastar el mismo dinero en libros, plumas y maestros en nuestras escuelas”, señaló la joven, luego que Kim le pidiera enviar un mensaje a los ministros de Finanzas del mundo presentes en la reunión.
Apuntó que la gente en países como Pakistán y Afganistán está “realmente” molesta con Estados Unidos.
“Deseamos que no tomen decisiones de acuerdo con sus ideas, queremos que nos escuchen (…) y les pedimos ahora que trabajen por la educación de cada niño”, remarcó la joven, quien ahora vive asilada con su familia en Reino Unido.
“Todas las organizaciones deben hacer a la educación su prioridad, si educan a un niño lo ayudan a protegerse a sí mismo”, apuntó la activista al responder qué le recomendaría a organizaciones que trabajan en países desarrollo como el Banco Mundial.
Abundó que la educación es la mejor solución para combatir los problemas relativos a la pobreza como enfermedades, la falta de agua potable e incluso el tráfico de personas y el trabajo infantil.
Malala manifestó asimismo su gusto por la física al señalar que “explica las leyes del mundo en pocas palabras”.
En respuesta, el presidente del Banco Mundial apuntó que en esa organización los economistas para explicar las cosas hacen lo opuesto.