El ex titular de la Comisión de Derechos Humanos en el DF, Luis González Placencia, aseguró que su salida del organismo no fue a causa de una revancha política del ex jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, pues afirmó que no hay pruebas contundentes que involucren un manejo político del ex mandatario en el suceso.

 

En entrevista  para 24 HORAS, el otrora Ombudsman afirmó que los comentarios emitidos por sus ex compañeros de trabajo, quienes acusaron a Marcelo Ebrard de boicotear el proceso de ratificación de Placencia,  son interpretaciones de los consejeros, al haber relacionado los casos de la Supervía y del 1DMX con la decisión que tomaron los asambleístas afines al ex jefe de gobierno de no apoyar la ratificación.

 

Reconoció que después de la recomendación hecha al gobierno de Ebrard por el caso de la Supervía, la relación entre el entonces jefe de Gobierno y la Comisión fue muy tensa. Reveló que tras las recomendaciones, Marcelo Ebrard no volvió  a acudir a las instalaciones de la Comisión, pese a la comunicación constate e institucional que se tenía con las autoridades capitalinas para resolver ciertos temas.

 

“Él (Marcelo Ebrard) tenía que haber estado en la presentación de los informes anuales, o (haber) enviado alguna representación, ya nunca estuvo presente, la relación fue tensa ciertamente”, aseguró.

 

Destacó que los niveles de recomendaciones emitidos durante la administración de Ebrard Casaubón fueron relativamente bajos, aunque detalló que pocos servidores públicos de dicha administración aceptaban las recomendaciones.

 

González Placencia indicó que las recomendaciones que más molestaron  a Ebrard fueron las dos anteriormente citadas, debido a que en el caso de la Supervía, la Comisión de Derechos Humanos solicitó a la Asamblea Legislativa del DF citar al jefe de gobierno a comparecer por no haber aceptado la recomendación emitida por el organismo autónomo.

 

Explicó que aunque hubo recomendaciones importantes en temas como el arraigo y la trata de personas en reclusorios de la ciudad,  ninguna tocaba de manera directa al jefe de Gobierno, sino a otras dependencias locales.

 

Afirmó que al final de su estancia al frente de la Comisión de Derechos Humanos percibió  cierta tensión e inestabilidad dentro del legislativo local, primordialmente en los consensos para obtener la mayoría necesaria para su ratificación, e incluso, reconoció que había dos diputados, afines a Marcelo Ebrard, de los cuales sabía que no contaría con su voto.

 

“Nunca hubo ningún dato que me permitiera a mi suponer  que al interior del PRD, salvo estos dos casos en específico -los diputados Vidal Llerenas y Adrián Michel Espino-, (no contaría con) el voto de los diputados afines al licenciado Ebrard, en los demás no me parecía que habría esta dificultad”, comentó.

 

A pregunta expresa sobre las acusaciones hechas por los partidos de oposición respecto a que la Comisión defendía actos vandálicos, González Placencia calificó de injustas dichas referencias y acusó que los legisladores desconocen  la labor de la Comisión de Derechos Humanos.

 

Explicó que en el caso de actos vandálicos durante las marchas, la Comisión  se limita a documentar que la libre manifestación se lleve a cabo con seguridad y con libertad, que se proteja a quienes se manifiesten más allá de la forma en cómo lo realizan. Agregó que los diputados interpretaron esta actitud de vigilancia del respeto a los derechos como una especie de validación de la violencia.