TRÍPOLI. El primer ministro de Libia, Ali Zidán, fue liberado tras haber sido retenido en un sitio no revelado, durante ocho horas, por un cuerpo de seguridad vinculado al gobierno y formado por exrebeldes.  El funcionario fue secuestrado la madrugada de ayer en un hotel del centro de Trípoli, donde reside, por hombres armados de la agrupación denominada “La lucha contra el crimen”, que dependería del Ministerio de Interior y la “Oficina de Operaciones de los Revolucionarios de Libia”. El premier fue acusado por sus captores de atentar contra la seguridad del Estado su colaboración en una operación antiterrorista de EU el pasado fin de semana.

 

Inicialmente la oficina de Zeidan calificó el secuestro como un “rumor” en su página oficial de Facebook. Poco después, la versión era distinta, tanto en la televisión como en la agencia estatal de noticias LANA: “Zeidan ha sido arrestado por el Departamento de Lucha Contra el Crimen“.

 

Luego de su liberación, la ón, el primer ministro apareció televisión local dijo que se encontraba bien y que sus captores querían que dimitiera. En un comunicado difundido a través de Facebook, el cuerpo de “la lucha contra el crimen” aseguró haber “detenido” al primer ministro “de acuerdo con el código penal y por orden del juez” ´y aseguraban que Zeidan cooperó en la operación en la que militares de EU detuvieron en Libia al presunto dirigente de Al Qaeda, Abu Anas al Libi.

 

Por lo que apuntaba a que el secuestro de Ali Zeidan se produjo en un contexto de creciente conflicto, tras la intervención de EU en Somalia y Trípoli, que incluyó el sábado con la captura del supuesto líder de Al Qaeda.

 

Zidán pidió el martes a EU que Abu Anas fuera devuelto a Libia para ser juzgado, aunque aseguró que la operación no dañaría las relaciones bilaterales y aseguró que “la situación de seguridad está bajo control”.

 

El miércoles, recibió a familiares de Al Libi y les aseguró que su país hará todo lo posible para “garantizar sus derechos”.

 

El gobierno de Barack Obama sostiene que actuó de forma legítima y que el sospechoso capturado en Trípoli será puesto en manos de la justicia y tratado conforme a la ley.

 

En octubre del 2011, la OTAN dirigió una operación militar multinacional que condujo a la caída del régimen de Muamar al Gadafi Desde entonces, el poder nominal en Libia se encuentra en manos de un gobierno interino central que no controla un vasto territorio, donde campan las milicias que aún no han sido desarmadas.

 

El secuestro de este jueves volvió a mostrar la incapacidad de las autoridades de asegurar la estabilidad de ese país, dos años después de la caída de la dictadura de Gadafi. El secuestro de Zidan se ha convertido en el último y quizá más grave episodio contra la seguridad registrado en Libia en los últimos meses, donde una inestabilidad crónica se ha impuesto en gran parte del país.

 

Dos años de inestabilidad

 

Al deterioro de la situación en Bengasi, donde el 11 de septiembre del año pasado falleció el embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, y otros tres norteamericanos en el ataque contra el consulado de su país, se suman los ataques y los enfrentamientos tribales en distintos puntos del país. La semana pasada, 16 soldados murieron en un asalto armado contra un puesto de control del Ejército entre las ciudades de Beni Walid y Tarhuna, al sur de Trípoli.  El pasado abril, grupos de milicianos mantuvieron asediados los ministerios de Asuntos Exteriores, Justicia y Finanzas y acosaron durante varias semanas a los diputados para forzarles a aprobar la “Ley de Aislamiento” político, aprobada el 5 de mayo, y que estipula la inhabilitación por 10 años de los antiguos responsables del régimen de Gadafi