MÉXICO. Pygmalion buscaba a la mujer “perfecta”, pero al no encontrarla, optó por esculpirla en sólido marfil. La pasión del artista por su efigie conmovió a la diosa romana Venus, quien transformó la creación en una fémina de carne y hueso. Sin embargo, el romance giró hacia un drama de celos y abandono, ya que el hombre estaba casado y…
El argumento anterior (mezcla de un texto clásico de Ovidio y de una versión operística escrita en el siglo XVIII por el francés Jean-Philippe Rameau) guió el desarrollo de Pygmalion Ballet Ópera Barroca, obra estrenada este jueves en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” del Distrito Federal; un montaje programado para continuarse en dicho foro hasta el 18 del presente mes.
Junto a un grupo de expertos en ballet, una orquesta barroca y las voces de un tenor y de una soprano, 24 HORAS asistió al ensayo y luego al debut de una obra presentada por primera vez en México, con motivo de cumplirse un siglo de la última puesta equivalente; en Versalles, Francia.
La obra estrenada ayer fue producto de un convenio de colaboración entre la Escuela Nacional de Música de la UNAM y el Conservatoire Itinérant Lorrain, de Francia; del cual surgió la orquesta que amenizó el gran Teatro de la Ciudad: La Partenope, dirigida por Olivier Briand e integrada por una veintena de músicos de ambas nacionalidades.
DE VERACRUZ AL DF
”El sueño de montar Pygmalion me perseguía desde hace años”, dice a este diario Andrea Seidel, maestra de danza quien si bien reside en el Distrito Federal desde hace dos años, vivió en Jalapa, Veracruz, durante 27; ciudad donde impartió clases a dos generaciones de artistas de la danza clásica y contemporánea.
Nancy López Luna y Mara García, jóvenes bailarinas que ayer debutaron en el emblemático teatro capitalino con respectivas encarnaciones de Galatea (estatua) y de Venus, son alumnas destacadas de la propia Seidel.
“El reto fue convertir una obra muy compleja en algo para todas las audiencias; resultó una historia bellísima que nos da un gran motivo para disfrutar del baile y los instrumentos de música barroca; es una gran puerta a la belleza en todos sus formas”, añade la maestra, quien trabajó el proyecto bajo la dirección de María Luisa Durón y la producción de Erwin Neumier.
VOLVER DEL RETIRO
El estreno de Pygmalion significó para su bailarín estelar, Raúl Fernández, una “vuelta temporal” a los escenarios, toda vez que en noviembre de 2010 este intérprete, entonces primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza, había anunciado formalmente su retiro.
“Yo estaba muy tranquilo, dedicado a la docencia y a mi familia, cuando me buscó Andrea y me convenció de hacer el papel de Pygmalión, y esto fue algo que no pude resistir: se trata de un papel que requiere de madurez, de mucha fuerza”, recuerda Fernández, originario de Córdoba Veracruz, y quien a los 42 años, al momento de su intento de retiro, ya acumulaba más de 20 años de trabajo profesional.
“En el mundo de la danza comienzas muy joven, digamos que de niño, y cuando te retiras, sigues siendo joven”, dice Fernández.
MISMO NIVEL QUE EUROPA
Al tenor mexicano Rogelio Marín Escutia le tocó recrear en Pygmalión el agobiado canto de este escultor, cuyo sueño por la estatua le ha dado inspiración mundial a incontables obras literarias, musicales, dramatúrgicas y cinematográficas.
“Para mí, cantar es reflejar tu pasión y la de tu personaje por medio de la voz, y ofrecerla generosamente a quien la quiere escuchar”, expresa Marín, quien en sus cuarentas ha acumulado ya una amplia experiencia al lado de orquestas europeas, especialmente de Alemania e Italia, países donde ha residido.
No acepta, eso sí, “grandes diferencias” entre orquestas nacionales y las europeas, mismas que considera están a “un nivel equivalente.”
“En el caso del interés por la cultura, o de la promoción de esta, ahí sí encontraríamos diferencias: en Europa, por ejemplo, una obra como Pygmalión se mantendría en cartelera alrededor de 17 días; mientras que en México apenas cuatro… Pero en calidad, nada qué comparar.”