WASHINGTON. En una carrera contra el calendario y los mercados financieros, líderes del Senado han tomado el liderazgo en la búsqueda de un acuerdo que ponga fin al cierre parcial de las operaciones del gobierno y evite una mora en el pago de la deuda soberana.
“Esto debe verse como algo muy positivo, aunque no hay nada firme todavía, falta mucho”, dijo el sábado el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, demócrata por Nevada, al describir sus primeras conversaciones con el líder de la minoría en el mismo foro, Mitch McConnell, republicano por Kentucky.
“La conversación clave ahora es que sostienen McConnell y Reid”, dijo el senador Bob Corker, republicano por Tennessee.
Este domingo domingo es el día 13 de un cierre parcial de las operaciones del gobierno federal que mantiene fuera de sus labores a 350 mil empleados, ha dejado a cientos miles de otros trabajando sin cobrar y ha afectado casi todo, desde los servicios a los veteranos de guerra hasta las inspecciones ambientales.
Más ominoso es el acercamiento del día en que el gobierno no podrá aumentar el límite de la deuda soberana y se corre el riesgo de una mora sobre el pago de la deuda, algo que nunca ha ocurrido en el país.
La presión se sentía sobre los dos partidos, pero parecía mayor entre los republicanos, que según las encuestas se ganan la mayor parte de la ira de los electores sobre el estancamiento. Y aunque los mercados financieros se recuperaron con fuerza la semana pasada ante las informaciones de que las conversaciones avanzaban, legisladores de ambos partidos esperaban con ansiedad la reanudación de las pláticas esta semana.
Los republicanos exigen reducciones de gastos y del déficit a cambio de reanudar las operaciones del gobierno y aumentar el techo de la deuda. Por su parte, el presidente Barack Obama y otros demócratas afirman que desean aprobar las dos medidas en el Congreso sin condiciones y que estarían dispuestos a negociar una reducción del déficit posteriormente.
Fuera del juego, por ahora, quedó la Cámara, controlada por los republicanos, donde su presidente John Boehner, de Ohio, dijo a los legisladores de su partido el sábado que su diálogo con el presidente se había estancado.
Aunque el Senado lidera ahora la búsqueda de una solución, la Cámara y los divididos republicanos siguen siendo un probable dolor de cabeza la próxima semana.
“Al final, cualquier cosa que hagan, tiene que pasar por aquí”, dijo el representante Tom Cole, republicano por Oklahoma, cercano a los líderes de la Cámara.