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Fisker Karma, un automóvil eléctrico creación de Fisker Automotive. Cuando su creador, el empresario Henrik Fisker, presentó el prototipo del Karma en 2008 hizo una apología frente al iPod “Mira el iPod. Si no tienes una verdadera competencia, podrás vender mucho. Para el Karma no hay competidores”. Y vaya que ha hecho valer estas palabras con el éxito que ha logrado este auto en su país natal y en el Viejo Continente.

 

Por su esencia, Fisker Karma es uno de esos vehículos que no se opacan al lado de un Porsche 911, un Lamborghini Gallardo o un Bentley. Y es que además de lucir novedoso se destaca por su diseño exótico. Tiene una carrocería baja y larga, ataviada por grandes salpicaderas que dan cabida a rines de 22 pulgadas. Trae ciertos detalles semejantes a los deportivos europeos; esto se debe a que Henrik Fisker, también diseñador del automóvil, fue creador de modelos como el BMW Z8 o el Aston Martin DB9.

 

Como buen eléctrico, al momento de poner en marcha el vehículo el ruido es nulo. Y en vez de estar mirando el indicador del tanque de combustible la mirada se dirige hacia la autonomía. Es importante aclarar que este es un vehículo de autonomía extendida como el Chevrolet Volt. Esto quiere decir que el conductor no tiene que preocuparse de que se agote la carga de la batería que alimenta los generadores eléctricos. En caso que esto suceda un motor de cuatro cilindros turbo de 2.0 litros se encarga de prolongar la energía.

 

Al operarlo en modo normal el vehículo se mueve por medio de dos generadores que activan las ruedas traseras. De esta forma en cuanto se presiona el acelerador lo único que se escucha es una especie de zumbido. Gracias a que la totalidad de su torque se obtiene desde cero, el empuje es sobresaliente, aunque el sistema ha sido sometido a ciertas regulaciones para que la entrega de par motor sea progresiva. Además, al no tener una caja de velocidades como la que se utiliza en un motor de combustión interna, el confort de marcha es continuo. En este modo de conducción al que Fisker llama Stealth, tiene una velocidad máxima de 153 km/h y puede acelerar de 0 a 100 km/h por debajo de los ocho segundos.

 

Sin duda una de las cifras que más llama la atención de este deportivo ecológico es la cantidad de torque útil. Consigue 959 libras-pie de torque, esto significa que ofrece 34 libras-pie más que el  Bugatti Veyron 16.4 con 1,000 caballos de fuerza. Pero así como ofrece un manejo tranquilo, Fisker Karma tiene su lado explosivo. Basta pasar al modo de manejo Sport  para que su despegue sea poderoso. Es ahí cuando la ecuación de 403 caballos de fuerza y las casi 1,000 libras-pie de torque se sienten en su totalidad.

 

En este caso el 0 a 100 km/h se reduce a 5.9 segundos y la velocidad máxima pasa a 201 km/h. Quizá parezca esta última cifra  escasa comparada con algunos deportivos, pero para ser realistas, son muy pocas veces en las que se conduce a esta velocidad de manera continua.

 

Debido a que todo el sistema eléctrico y a la batería de ión-litio que alimenta los generadores eléctricos, el peso del Fisker Karma no es nada ligero. En la báscula marca 2,404 kilogramos, lo que significa que pesa cerca de 200 kilogramos más que un Chevrolet Cheyenne. Podría pesar aun más de no ser por que utiliza un monocasco de aluminio.

 

Quien tenga en su poder un modelo como este tendrá que acostumbrarse a varias situaciones. Podríamos mencionar la falta de esa emotividad  deportiva originada al momento de realizar los cambios de velocidad, la ausencia del clásico sonido del motor y las ocho horas que demora cargarse la batería. Todo esto se ve recompensado a la hora de hacer cuentas en el consumo de combustible. Se pueden circular hasta 80 kilómetros en modo totalmente eléctrico, mientras que con el tanque de combustible lleno se circulan 500 kilómetros extra.

 

Como en todo vehículo, la frecuencia de las visitas a una estación de gasolina dependerá de estilo de manejo y la cantidad de kilómetros en los recorridos. En el caso de que este auto se utilice para recorridos cortos y no se hagan viajes largos, podrán pasar muchos meses antes de acudir a una gasolinera. Es así que este deportivo es revolucionario en el tema tecnológico y ambiental.

 

Pero la electricidad no solo sirve para mover al Fisker Karma sino también es utilizada para dar la bienvenida a sus ocupantes. La apertura y cierre son eléctricos. Así que para accionarlos basta oprimir un botón. El interior de configuración 2+2 delata el origen americano en los rasgos, tonos y materiales. Es importante mencionar que la madera que se ocupa en ciertos elementos proviene de árboles muertos y así continuar con el tema del cuidado del medio ambiente.

 

Por todo lo anterior Fisker Karma ha obtenido un gran éxito en ventas en Estados Unidos y Europa. Basta mencionar el ejemplo de Holanda donde ha sobrepasado a modelos como el Audi A8, BMW Serie 7 y Mercedes-Benz Clase S. Es uno de los pocos autos que conjugan deportividad, elegancia y eficiencia.