Los años dorados de México nunca existieron, dice Ernesto Talvi, director del Brookings Global-CERES.
En un reporte de junio pasado, Brookings Institution preguntaba:
“¿Los años dorados de América Latina terminaron?”
Y destacaba que solamente México mantenía su crecimiento.
“Las tasas de crecimiento se están enfriando en la mayoría de los países de la región con la notable excepción de México”, explicaba el documento escrito en junio de este año por Ernesto Talvi e Ignacio Munyo, del programa conjunto de Brookings Institution y del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
En el reporte, los expertos señalaban que América Latina se estaba enfriando, tras registrar tasas promedio de crecimiento de 6.6% durante el periodo de septiembre de 2003 a septiembre del 2008.
Fue el periodo previo a la crisis de Lehman Brothers, que tiró la economía mundial y que los autores llaman “los años dorados de América Latina”.
Sin embargo, las tasas de crecimiento de los países de la región desaceleraron fuertemente hacia finales de 2011, 2012 y 2013 para regresar a sus tasas históricas de 3.7% que registraron durante los últimos 20 años, recuerda el texto.
Pero para México no fue así, sino al revés, comentó a 24 HORAS Ernesto Talvi, director del Brookings Global-CERES.
“Los años dorados para México nunca existieron. Al revés, tuvo un golpe feroz, una caída muy importante y lo que vivió fue un rebote de una caída muy importante y ahora está viviendo junto con todos los demás un entorno externo adverso porque el crecimiento global se está enfriando de una manera muy significativa y nosotros no podemos aislarnos de ese efecto”, explicó.
Recordó que tras las crisis financiera del 2008, México logró recuperarse para volver a tener un nivel de crecimiento económico similar a los años antes de la recesión, mientras que los demás países de la región vieron sus tasas de crecimiento caer.
Ya no es así. La desaceleración ya llegó a México como lo confirmó recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) al rebajar de 2.9% a 1.2% su previsión de crecimiento del país para este año, debido a la caída del gasto público y a la menor demanda de Estados Unidos en el primer semestre.
Durante la presentación del informe sobre “Perspectivas económicas globales”, Thomas Helbling, del departamento de Investigación del Fondo, atribuyó la caída de crecimiento en México a problemas con firmas del sector de la construcción y a un gasto público menor al esperado, pero consideró que son obstáculos pasajeros que permitirán retomar pronto una tasa de crecimiento más elevada.
Además, según The Wall Street Journal, el affaire amoroso entre los inversionistas y México muestra signos de tensión, pues el lento crecimiento que tiene el país este año está pesando en el panorama del mercado de valores mexicano.
Cuestionado al respecto, Talvi explicó que la desaceleración económica mundial, el precio a la baja de las materias primas y las condiciones financieras internacionales que se están volviendo más restrictivas, apuntan a que las economías de la región, incluida la de México, se van a enfriar.
“Como resultado de eso, las respuestas de algunos gobiernos, el de México incluido, iniciaron procesos de reformas estructurales con el objetivo de aumentar la tasa de crecimiento de largo plazo, pero ahora con base en mejorar la productividad doméstica, no con base en el viento a favor que viene de afuera”, afirmó.
Si bien considera que las reformas estructurales que está planteando el gobierno de Enrique Peña Nieto serán buenas para la economía mexicana a largo plazo, los efectos tomaran tiempo antes de producirse, por lo que el país sufrirá de manera inmediata la desaceleración global.
“Lo que a México le está pasando hoy, en mi opinión, es que está sintiendo los efectos adversos de un cambio en el contexto global, que se sienten de manera inmediata con reformas estructurales que van a empezar a rendir sus frutos en un periodo más dilatado de tiempo”, concluyó el experto.