El tatuaje está viviendo una edad dorada gracias a que cada vez más famosos los lucen, al avance de la tecnología y a la calidad de los nuevos profesionales, que consiguen hacer en el cuerpo “lo mismo que un pintor en un lienzo”.
Unos los lucen orgullosos, otros los ocultan, pero los tatuajes están ahí, y los hay para todos los gustos, desde pequeños detalles hasta trabajos más elaborados y coloristas, que sus autores llegan a considerar obras de arte.
Fatty, que con 22 años de experiencia regenta un establecimiento en Washington especializado en los tatuajes personalizados, asegura que estos “han mejorado radicalmente” en los últimos 20 años.