El pasado 7 de octubre fue colocada una manta en el puente del fraccionamiento La Cúspide en Tijuana, en ella había una advertencia dirigida a la Policía Municipal, no debían realizar decomisos de droga o detenciones de capos bajo amenaza de muerte.
Investigaciones del Semanario Zeta advertían que dicho mensaje era el preámbulo de una reorganización de los cárteles en la península de California. Trece días después, en una fiesta infantil en Los Cabos, fue asesinado Francisco Rafael, el mayor de los hermanos Arellano Félix.
“La advertencia para la autoridad: la reorganización de grupos o células dedicas al narcotráfico, que advierten y amenazan. Que han dejado de ser eslabones o reminiscencias de cárteles, para convertirse en bandas con recursos, drogas e impunidad”, evidenció Zeta en un reportaje publicado el pasado 14 de octubre. Situación que a su consideración fue minimizada por las autoridades.
La manta fue firmada por presuntos integrantes de varias células criminales, principalmente del cártel de Sinaloa, y una de las probables hipótesis que maneja la investigación del semanario es una posible escisión entre éstos y el cártel Arellano Félix, de donde hace unos años fungió como líder Francisco Rafael.
El asesinato de Rafael Arellano, quien en marzo de 2008 le fue otorgada su repatriación a México, luego de cumplir una condena en Estados Unidos acusado de haber vendido cocaína a un agente encubierto de la Agencia Antidrogas Estadunidense (DEA por sus siglas en inglés) en 1980, podría representar un repunte de eventos violentos.
Refuerzan seguridad, buscan a cuatro sospechosos
Desde la noche del viernes, autoridades de los tres niveles de gobierno mantiene puestos de revisión y operativos en diversas partes del corredor turístico San José del Cabo, donde ocurrió el homicidio de Arellano Félix, y en las inmediaciones del puerto en busca de cuatro probables responsables, señaló el diario Tribuna de los Cabos. Sin que hasta el cierre de esta edición se haya reportado alguna detención.
De acuerdo con Peninsular Digital, a la celebración familiar en la que ultimaron a Francisco Rafael el viernes pasado, en el salón Ocean House del hotel Marbella, también había asistido el presidente Municipal de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, quien se había retirado unos minutos antes.
Información de los medios locales señala que eran alrededor de las 8 de la noche cuando a la celebración arribaron al menos tres hombres en una camioneta, uno de ellos, vestido de payaso bajó del vehículo, se dirigió hacia Arellano Félix y le disparó en la cabeza y el tórax.
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