PARIS. El presidente de Estados Unidos Barack Obama llamó este lunes a su colega francés Francois Hollande y hablaron de la indignación en Francia por las agresivas tácticas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana.
La llamada se produjo después de que el periódico francés “Le Monde” informó que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) examinó hasta 70 millones de registros de teléfonos celulares franceses en un periodo de 30 días. El reporte ofreció nuevos detalles sobre un gigantesco programa de espionaje que ha enfurecido a varios aliados de Washington.
El gobierno francés convocó de urgencia al embajador estadunidense para pedirle explicaciones y calificó la práctica de “totalmente inaceptable”.
La Casa Blanca dijo que algunas revelaciones recientes acerca de la NSA han sido distorsionadas, pero que algunos plantean preguntas legítimas de los aliados de Estados Unidos sobre cómo se utilizan los servicios de inteligencia.
Obama dijo al presidente francés que Estados Unidos está revisando su política de recolección de información de inteligencia para garantizar un equilibrio entre la seguridad y la privacidad. La Casa Blanca dijo que ambos mandatarios acordaron que deben continuar los análisis diplomáticos sobre el tema.
La información del periódico Le Monde, escrita en parte por Glenn Greenwald —quien dio a conocer el programa de vigilancia electrónica de la NSA— descubrió que cuando se utilizaban ciertos números, las conversaciones eran grabadas automáticamente. La operación de espionaje recuperaba además mensajes de texto basados en palabras clave, dijo Le Monde según los registros del 10 de diciembre al 7 de enero.
El reportaje del periódico fue publicado en momentos en que el secretario de Estado norteamericano John Kerry llegaba a París el lunes para dialogar sobre el proceso de paz entre Israel y las autoridades palestinas.
“Este tipo de práctica entre socios que invade la privacidad es totalmente inaceptable y debemos asegurarnos, rápidamente, que no vuelva a ocurrir”, dijo el canciller francés Laurent Fabius durante una entrevista en Luxemburgo con sus colegas europeos. Fabius dijo que el embajador estadunidense fue convocado a la cancillería por ese motivo.
Programas similares han sido detectados en Gran Bretaña y Alemania. En Brasil la noticia indignó tanto a la presidenta Dilma Rousseff que canceló una visita de estado a Washington y denunció públicamente a Estados Unidos por la “violación de los derechos humanos y las libertades civiles”.
Los documentos más recientes mencionados por Le Monde, fechados en abril de 2013, también dijeron el interés de la NSA en direcciones de correo electrónico vinculadas a Wanadoo —otrora parte de France Telecom— y a Alcatel-Lucent, la empresa de telecomunicaciones francesa-estadunidense. Uno de los documentos dijo a los analistas que examinaran no solamente la información obtenida con el programa de vigilancia electrónica, sino con otra iniciativa llamada Upstream, que permitía el seguimiento del tráfico de las comunicaciones por cables submarinos.
Ni la embajada estadunidense ni la vocera del Departamento de Estado Jen Psaki formularon comentarios al respecto.