WASHINGTON. Estados Unidos necesita ajustar sus actividades de espionaje hacia aliados como México y Brasil para evitar una innecesaria alineación en sus relaciones bilaterales, consideró hoy el diario The Washington Post.

 

En su principal editorial, el Post sugirió que el gobierno y las agencias dedicadas al espionaje han perdido el sentido común al conducir acciones sin nexo a la lucha antiterrorista, el argumento esgrimido por la administración de Barack Obama para defender sus actos.

 

Aunque TWP concedió que esta es una amenaza real en países de Europa como Francia, Alemania y otros que “han sido hogar de peligrosos militantes islámicos”, no parece haber una justificación válida del espionaje conducido contra Brasil y México.

 

Semanas atrás, a partir del material filtrado por el ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden, la prensa brasileña dio cuenta del espionaje contra la presidenta Dilma Rousseff y el de México, Enrique Peña Nieto, cuando este era candidato presidencial.

 

Esta semana el diario alemán Der Spiegel reveló que la NSA monitoreó millones de comunicaciones electrónicas en Francia e intervino los correos electrónicos del ex presidente mexicano Felipe Calderón, como lo hizo en los casos de Roussef y Peña Nieto.

 

Está ultima revelación provocó que Francia llamara a cuentas al embajador de Estados Unidos en París y que el presidente Barack Obama conversara por teléfono con su homólogo francés Francois Hollande.

 

Estados Unidos ha defendido sus acciones insistiendo que sus actividades no son ajenas al espionaje que conducen otros países, explicación que el Post consideró “está teñida con cinismo”.

 

“La fresca respuesta de Estados Unidos desestima el daño que revelaciones de espionaje están causando sobre importantes relaciones”, dijo al recordar la decisión de Roussef de cancelar su viaje a Washington este mes en señal de protesta.

 

El diario dijo que si bien el espionaje en Brasil pudo haber estado motivado por el papel antagónico que el gigante del sur ha venido jugando ante la política estadounidense hacia países como Irán y otros en la región, el daño ha superado los beneficios.

 

“Los potenciales beneficios de recolectar información de inteligencia sobre nominales líderes amistosos tienen que ser sopesados contra los potenciales reveses si la operación es expuesta, algo que en la era del Internet es cada vez más posible”, consideró.

 

Aunque Obama ha indicado que las prácticas de espionaje necesitan ser ajustadas e incluso prometió a Peña Nieto una investigación sobre las actividades de espionaje a su país, el Post estimó que el gobierno requiere hacer más a partir de los incidentes con México y Brasil.

 

“Seguramente la revisión (de estas prácticas) que tiene lugar no conducirá al final de las actividades de espionaje externo y no debería, pero se necesitan mejores controles políticos junto con una inyección de sentido común”, precisó el rotativo.