México se está acercando a situaciones económicas riesgosas por las políticas fiscales que el gobierno de Enrique Peña Nieto está impulsando, lo que haría regresar el país a las épocas de los presidente Carlos Salinas y José López Portillo, advierte Germán Rojas Arredondo, director de la Licenciatura de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

En entrevista con 24 HORAS, el profesor de la institución académica que formó al secretario de Hacienda Luis Videgaray, al senador panista Ernesto Cordero y al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, afirmó que la política intervencionista de Enrique Peña Nieto en la economía va a afectar la tasa de crecimiento del país y perjudicará a toda la población.

 

Esta es la charla:

 

–Muchos políticos como Luis Videgaray y Ernesto Cordero estudiaron las mismas materias en el ITAM, pero existen diferencias en cuanto a sus visiones de la política económica. ¿Cómo lo explica?

 

–En el ITAM, como en toda buena universidad, los alumnos en economía estudian los diferentes modelos que existen. Por ejemplo, a nivel de Premios Nobel, existe gente como Paul Krugman, que tiene una postura política muy intervencionista, de que el Estado es el que debe de gastar más, de procurar un montón de cosas que, según él, las empresas y los mercados no pueden generar. Por otro lado, hay otros Premios Nobel macroeconomistas como Robert Lucas, Edward Prescott o Thomas Sargent, que dicen que cuando el Estado interviene, interviene de más y mal. En el ITAM enseñamos estas dos posturas y hay gente como Luis Videgaray que cree que las políticas intervencionistas, como la de Krugman, son las que van a tener un impacto en el corto y en el largo plazo. Pero hay otros, como Agustín Carstens, que piensan que el Estado debe de poner estabilidad macroeconómica, controlar la inflación para que México logre sus objetivos de largo plazo. Sí pueden coexistir estas dos posturas dentro de una universidad porque reflejan las inclinaciones políticas e ideológicas de los distintos estudiantes.

 

–Existe un fuerte pleito entre el PAN y el PRI sobre la política económica del país. ¿Qué opina sobre esta gran diferencia?

 

–En el caso de Luis Videgaray, es secretario de Hacienda del PRI que nos gobierna ahora. El PRI tiene intenciones de una propuesta de política fiscal expansiva, que crezca el gasto público para hacer que la población de bajos ingresos mejore, pero para eso tienen que poner impuestos, poner deuda. Entonces, la postura del secretario de Hacienda refleja la postura de un economista que quiere intervenir fuertemente en la economía para querer sacarla adelante.

 

“Por otro lado, la postura que tenía antes el presidente Calderón, Gil Díaz, Carstens cuando fue secretario de Hacienda, Cordero, era de mantener la estabilidad macroeconómica toda costa para que México pudiera sentar las bases del crecimiento económico.

 

“La nueva Ley de Ingresos y la nueva política macroeconómica nos está acercando otra vez a situaciones de riesgo como las que vivimos en la época del presidente Salinas, del presidente López Portillo, de los gobiernos priistas que siempre han sido más intervencionistas. Piensan que con un Estado que gaste más, van a poder reducir las desigualdades, pero esto lo vivimos con Luis Echeverría, con López Portillo, con De la Madrid, con Salinas, incluso con el presidente Zedillo y no se logró. Creo que los años que hemos tenido más estabilidad económica es donde hemos podido combatir un poquito mejor esos problemas, pero ahora soy un poco escéptico.

 

–¿Estábamos más estables con los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón?

 

–Pues sí. Si ves ahora en Europa por ejemplo, sí hay grandes manifestaciones en contra de la austeridad, pero sí hay una política europea en general en donde ellos dicen: ‘Tenemos que sentar las bases para corregir nuestros desequilibrios fiscales, reducir la inflación, hacer que las empresas y las personas se vuelvan más productivas’. En México, parece que nos estamos yendo por otro camino, donde el gobierno gaste más para reactivar la economía, pero echando a perder todos los logros en productividad que había tenido en los últimos años.

 

–¿Cómo evalúa la reforma hacendaria? ¿Es la correcta para el país?

 

–La propuesta de reforma hacendaria para el año próximo de política de impuestos o la nueva Ley de Ingresos que ya aprobaron los diputados y que se está discutiendo en el Senado, tiene fines de recaudación. Lo que pretende esta reforma es buscar recaudar mucho más de lo que se recaudaba antes, porque parece ser que la actual administración quiere más recursos para gastar. Tal y como se ha propuesto esta reforma fiscal, pues sí iba a tener efectos dañinos para la sociedad porque los mayores impuestos y los nuevos impuestos que están introduciendo, sí afectan el nivel de ingreso de las familias mexicanas y creo también que están poniendo en riesgo los objetivos de tasa de crecimiento que ha propuesto el presidente Peña Nieto.

 

–¿Qué impacto tendrá este asunto?

 

–Por un lado, al poner más impuesto, sin duda que esto va  a afectar la tasa de crecimiento de la economía porque las personas al tener menos ingresos, van a consumir menos y eso significa menos ventas de las empresas. También al poner impuestos al ingreso más altos, pues hay menos incentivos, hay más distorsiones, menos eficiencia que ocasionará que la gente quiera trabajar menos. Eso de entrada va a frenar la economía.

 

“El Estado, lo que quiere hacer ahora, es que con la recaudación quieren impulsar de alguna manera el gasto público, pero tampoco les alcanza porque quitaron un montón de propuestas de impuestos. Entonces para lograr ese gasto, ellos están proponiendo que haya un déficit del gobierno para el 2014 y el 2015. El hecho de que el gobierno esté acudiendo a los mercados endeudarse, puede ocasionar también que haya aumentos en la tasa de interés y que eso también frene proyectos de inversión.

 

“México durante muchos años tenía esa sensación de que había una gran estabilidad macroeconómica porque había un control de la inflación porque había un déficit público casi cero y ahora hemos vuelto otra vez a estas prácticas de poner más impuestos, de endeudar el país, de aumentar el déficit público, persiguiendo aumentos en el crecimiento. Pero los aumentos en el crecimiento sostenido no se pueden dar a través del gasto público, tiene que ser a través de aumentos en la productividad. Y la política fiscal que ha propuesto la actual administración no está fortaleciendo el aumento en la productividad en México.

 

–¿Qué impacto habrá para la población?

 

-Los nuevos aumentos en las tasas impositivas  sin duda van a reducir los ingresos después de impuestos de la sociedad. La gente va a pagar más puntos porcentuales de impuesto, lo que quiere decir que va a haber una disminución en el poder adquisitivo de las familias. En el caso de las clases medias, está toda esa nueva batería de impuestos a los refrescos, a los alimentos que tienen alto contenido energético. Esto también va a afectar el poder adquisitivo. En familias de bajo ingreso, creo que el efecto va a ser todavía más duro porque hay mucha gente que basa su alimentación en el consumo de alimentos que tienen alto contenido energético y ahora van a tener que estar pagando más impuesto. Creo que la sociedad en su conjunto se va a ver afectada. Quizás los menos afectados van a ser los ricos, porque creo estos aumentos en los impuestos no van a ser tan significativos para ellos. En cambio, la clase media, media baja y la gente de bajos ingresos, sí va a tener una fuerte disminución en sus niveles de ingreso.