PANAMA.— La polarización política en Venezuela ha sido una especie de carburante para generar literatura, pero al mismo tiempo ha abierto la posibilidad de que una generación de jóvenes escritores salga del país para escribir en el exilio, plantearon académicos y literatos de la nación sudamericana.
“En Venezuela, siendo una sociedad que actualmente se interroga mucho a sí misma y una sociedad muy polarizada, muy en crisis, eso es un combustible extraordinario para generar ficciones e historias que tienen que ver con cambios de estado y conflictos”, dijo en entrevista, Carlos Leáñez, profesor de políticas lingüísticas en la Universidad Simón Bolivar y estudioso de la literatura latinoamericana.
Leáñez y otros académicos y escritores de su país participaron en el sexto Congreso Internacional de la Lengua Española en Panamá y se tomaron un tiempo para conversar sobre el impacto positivo y negativo que ha tenido en la literatura venezolana la división que ha vivido ese país en lo político durante el mandato del hoy extinto líder socialista Hugo Chávez (1999-2013).
Una polarización que, de acuerdo con los expertos, ha persistido después del fallecimiento de Chávez en marzo de este año y el ingreso al poder de Nicolás Maduro.
Ese escenario de los años del chavismo tiene su lado bueno y malo, según Luis Barrera, quien además de escritor es el vicepresidente de la Academia Venezolana de la Lengua Española.
“La afecta del mismo modo en que ha afectado todos los sectores de la vida política, social y económica venezolana”, planteó. “Escritores que piensan de una manera, escritores que pensamos de otro modo. No parece haber todavía un modo de conciliar los puntos de vista, porque en ambos casos hay extremismos”.
“Es igual en todos los espacios de la cultura venezolana, de la vida social y política”, enfatizó Barrera.
Por otra parte, agrega el cuentista y narrador venezolano, “ha sido sano porque permite conocer puntos de vista distintos acerca de la visión del mundo, acerca de lo que debe ser el desarrollo sociopolítico de un país”.
“Ha prendido una chispa”, observa Leáñez. “La felicidad no produce literatura o por lo menos indudablemente no produce narrativa”.
“El liderazgo chavista escaló posiciones, dividiendo a la sociedad, y eso generó una confrontación interna que indudablemente interroga la gente sobre su legitimidad, sobre su propia existencia; hay ya una literatura del exilio en Venezuela… un fenómeno absolutamente inédito”, resaltó.
Barrera coincide, pero considera que aún no se puede hablar de una literatura venezolana del exilio propiamente dicho, como la ocurrida en España producto de la guerra civil, en Cuba a raíz de la llegada al poder de Fidel Castro o durante las dictaduras latinoamericanas en la década de 1970.
“Se puede hablar del inicio de la posibilidad de una literatura de los exiliados venezolanos”, plantea.
Ahora, aclara Barrera, los que están saliendo son principalmente escritores jóvenes y autores de tres o cuatro libros.
“Los que más se conocen son los que siguen en el país”, agregó Barrera, quien mencionó los casos del laureado poeta Rafael Cadenas, el prolifero narrador José Balza y la ensayista Ana Teresa Torres.
Leáñez afirma que los autores que han decidido ir a otros países lo han hecho porque no están de acuerdo el chavismo.
“El grado de incomodidad es tal que quieren irse; son escritores que no están de acuerdo con el régimen”, señaló. Los que se quedan en el país, “están bien, tienen sus cargos públicos; están conformes”.
Además lo hacen voluntariamente, agregó.
De acuerdo con el departamento de Literatura de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, en la actualidad hay numerosos escritores venezolanos residiendo en el exterior y la mayoría se ha ido en busca de mejores oportunidades, pues la industria editorial venezolana ha estado por décadas de capa caída.
Entre esos autores han decidido marcharse del país destacan Gustavo Guerrero en Francia y Juan Carlos Méndez Guédez y Juan Carlos Chirinos, ambos en España.
Los académicos venezolanos consideran que la situación para publicar libros en el país del novelista y político Rómulo Gallegos es complicada, dijo Humberto López Morales, secretario de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
“Lo que cuentan son cosas muy duras, que tienen poco dinero… cosas muy desagradables, pero a pesar de todo están al pie del cañón trabajando”, aseguró.
López Morales comparó la situación de Venezuela con lo que ocurre en Cuba.
“Hay más publicaciones en todo el mundo de cubanos que están fuera de Cuba, que cubanos que están en la isla”, mencionó el secretario. “La situación económica es muy dura (en Cuba) y publicar cosas es mucho dinero”, agregó López Morales quien nació en Cuba y emigró a Estados Unidos y Puerto Rico, donde dirigió la Academia de la Lengua en la isla.
La profesora de español venezolana Fanny Guarino, quien asistió al congreso, manifestó que la literatura en su país “se ha convertido en una letra muerta, incluso a nivel educativo”.
“Los libros fueron reformados… hablan de unos personajes y hechos de la historia a su conveniencia”, señaló.
A una pregunta sobre si el extinto presidente Chávez es una figura que atrae a la narrativa, Leáñez sostuvo: “Como personaje narrativo ficcional no creo, aunque no me extrañaría que ocurriese después cuando las cosas estén más descantadas porque indudablemente fue una persona que marcó la vida venezolana mientras estuvo en el poder”.
“Hasta ahora no podemos decir que la ficción haya registrado de manera significativa a Chávez como personaje”, enfatizó.
Los académicos también dijeron que se está tratando de sacar a la literatura venezolana de esa especie de ostracismo en que ha estado por mucho tiempo.
“La literatura está tratando de emerger hacia el mundo hispanoamericano en general; tenemos interesantes autores”, señaló Barrera, quien tomó parte el martes de una mesa redonda sobre libro, lectura y educación. “Los editores, básicamente los privados, están tratando de estimular a los autores nacionales para que produzcan por los problemas relacionados con la importación del libro”.
Para Leáñez, los editores en Venezuela “no han sabido ponerle un megáfono a la literatura venezolana”.
“Hay muy buenos autores actualmente… Federico Vega, Ana Teresa Torres, etcétera, que por una razón u otra no han sido insertos en el circuito editorial internacional”, mencionó el lingüista venezolano, quien durante el congreso coordinó el panel “Abrir lectores al idioma”.