A diferencia de la industria alimentaria, las organizaciones civiles y los institutos de investigación quedaron al margen de la preparación de la Estrategia Nacional contra la Obesidad y la Diabetes que dará a conocer la Secretaría de Salud en las próximas semanas.
Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria comentó que el gobierno federal no invitó a las organizaciones no gubernamentales o los institutos de Salud Pública o Nutrición a la elaboración de la Estrategia.
Este jueves 24 Horas publicó que la dependencia de salubridad concertó con la industria alimentaria lo que será la estrategia en contra del sobrepeso y la obesidad que afectan a 70% de la población adulta y 30% de los niños, así como la diabetes que padecen unos 10 millones de mexicanos.
Para los especialistas en salud, la industria alimentaria debe someterse a la política pública y acatar las regulaciones y lineamientos establecidos por el gobierno federal, pero no participar en la promoción del plan de acción.
Integrantes de organizaciones sociales indicaron que se reunieron el 14 de agosto pasado, de manera fortuita, con el director de Promoción de la Salud de la Secretaría, Eduardo Jaramillo, quien les aseguró que los funcionarios se reunieron con los dueños de las empresas de alimentos para elaborar material educativo y realizar campañas de comunicación y educación nutrimental.
De acuerdo con la estrategia, disponible en el portal de la Dirección de Promoción de la Salud de la dependencia, los funcionarios se reunieron con los dueños de Pepsico, Coca-Cola, Grupo Bimbo, Nestlé, Kellogg’s y Danone el 13 de agosto. Ambas partes acordaron las acciones “de concertación y posicionamiento de la Estrategia”.
Al respecto, Abelardo Ávila, especialista del Instituto de Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán, explicó que la iniciativa privada debe participar en la estrategia para asumir su responsabilidad y no violar las disposiciones establecidas por el gobierno.
“No debe orientar, dirigir problemas. Su papel es producir alimentos y someterse a las regulaciones que el Estado determine (…) Lo que debemos tener muy claro es que ellos no deben ser los promotores”, dijo en entrevista.
De lo contrario, apuntó, ocurrirá lo mismo que con el Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (ANSA), que las empresas de alimentos usaron para evadir responsabilidades en el avance del sobrepeso y la obesidad.
Ávila recordó que en 2008, la Secretaría de Salud, a cargo entonces de José Ángel Córdova, ya tenía lista una estrategia para combatir el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, los cabilderos de la industria la frenaron y en su lugar presentaron el ANSA.
Este acuerdo establecía que sus acciones debían estar encaminadas a detener el avance del sobrepeso y la obesidad la población de cinco a 19 años, además de revertir el crecimiento de la prevalencia de estos padecimientos en niños de dos a cinco y desacelerar su crecimiento en la población adulta.
Sin embargo, las metas no se lograron. Sólo en 84% de las dos mil 201 escuelas del país acataron los lineamentos del acuerdo para reducir el consumo de comida “chatarra” dentro de los planteles. Y diversos estudios muestran que 5% de los niños que ingresan a la primaria tiene problemas de sobrepeso u obesidad, pero al egresar la cifra aumenta a 40%.