La firma de software McAfee Labs reveló su informe sobre “Lavado Digital” que demuestra cómo los ciberdelincuentes están utilizando las monedas en línea para lavado de dinero. Antes del cierre de sus operaciones, el servicio de monedas digitales Liberty Reserve fue utilizado para lavar más de 6 mil millones de dólares, monto que representa la mayor acusación de lavado de dinero internacional en la historia.
Sin embargo, Liberty Reserve no es la única moneda digital utilizada por los delincuentes y la proliferación de estos servicios alimenta el crecimiento de los delitos cibernéticos. El uso de estas monedas va más allá de la propensión al lavado de dinero porque también incluyen ataques sobre intercambios financieros y malware desarrollado para atacar carteras digitales.
Las monedas digitales se consideran confiables, instantáneas y anónimas. Incluso cuando se plantearon cuestiones de privacidad en relación con las monedas específicas (en particular el Bitcoin), el mercado respondió con extensiones para ofrecer un mayor anonimato. En el análisis de McAfee Labs, la respuesta del mercado es un punto importante, porque, independientemente de las acciones de las autoridades contra empresas de monedas virtuales, los “usuarios” de tales servicios rápidamente identifican nuevas plataformas para lavar su dinero.
Incluso hay un proceso que permite la producción de monedas digitales, conocido como “minería”, aunque al principio las personas utilizaran sus propios recursos para la producción de monedas digitales. En junio de 2011 un generador de Bitcoin permitió que sitios con gran tráfico utilizaran computadoras visitantes para producir monedas digitales. Los visitantes no fueron informados de esto en todos los casos, creando bots (robots) maliciosos.
El Banco Central Europeo indica diferencias básicas entre las monedas virtuales y los esquemas financieros electrónicos. El dinero electrónico utiliza una unidad de valor tradicional y reglamentada; las monedas digitales no están reglamentadas y usan dinero “ficticio”. La facilidad es uno de los mayores beneficios de las monedas digitales y del dinero electrónico, comprarlas en ciertos servicios de intercambio puede requerir procesos de registro, pero, en algunos casos, solo es suficiente con proporcionar fondos.
La moneda digital del momento es el Bitcoin, que combina criptografía con una arquitectura peer-to-peer, lo que dificulta la identificación de usuarios sospechosos y la obtención de registros de transacciones. Aún así, la descentralización no está libre de vulnerabilidades.
Los intentos de cerrar los servicios de monedas digitales han provocado que los criminales simplemente transfieran sus negocios a otros lugares. A pesar de ser una propuesta atractiva para los ciberdelincuentes, las autoridades mundiales están trabajando juntas, internacionalmente y con el sector privado para identificar y arrestar a los individuos que operan dichas plataformas.
“Las monedas virtuales no van a desaparecer. A pesar de los aparentes desafíos presentados por ataques DoS (denegación de servicio), el uso de estos servicios de intercambio para el lavado de dinero y la ciberdelincuencia, también hay muchas oportunidades para usos legítimos. Ignorar esta oportunidad de mercado puede costar a los posibles inversores legítimos una facturación significativa, pero la imposibilidad de hacer frente a los riesgos potenciales puede costar mucho más”, afirma Raj Samani, Vicepresidente y CTO (Chief Technology Officer) de McAfee para la región EMEA.