Los clubes franceses de primera y segunda división convocaron hoy, por unanimidad, una huelga para el último fin de semana de noviembre, en protesta por un impuesto excepcional del 75%que prevé el Gobierno sobre los salarios más altos.

 

El presidente de la Unión de Clubes Profesionales de Fútbol (UCPF), Jean-Pierre Louvel, que agrupa a los clubes de primera y segunda, anunció que en ese fin de semana, cuando estaba previsto celebrar la decimoquinta jornada de la liga francesa, “no habrá fútbol” en los estadios.

 

Éstos permanecerán abiertos para acoger a todos los aficionados y explicarles la posición de los clubes, que puede ser impopular.

 

Si se mantiene el paro, sería el primero que vive el fútbol francés desde 1972.

 

La convocatoria de huelga se produce a una semana de que el mundo del fútbol sea recibido por el presidente, François Hollande, artífice de ese nuevo impuesto.

 

“Esta medida supone la muerte del fútbol francés, nos condena a un fútbol de tercera categoría en Europa”, señaló Louvel, que señaló que el mundo del fútbol “siempre ha pagado, pero ya no puede pagar más”.

 

Como se comprometió durante la campaña electoral, Hollande puso una tasa del 75% a los salarios de más de un millón de euros, con un tope del 5 % de la facturación de las empresas.

 

Ese impuesto afecta a todas las sociedades, pero el mundo del fútbol considera que es particularmente dañino para ellos, ya que supone un agravio comparativo con respecto a sus competidores de otros países.

 

Han calculado que el nuevo impuesto les costará 44 millones de euros, 20 millones solo para el París Saint-Germain. El Mónaco, el otro club que paga salarios más altos, no debe afrontar esta nueva tasa al estar sujeto a la fiscalidad del Principado, mucho más benevolente.

 

El Olympique de Marsella pagaría 8 millones y el Lyon y el Lille unos cinco, mientras que al Girondins de Burdeos le costaría 4 millones.

 

Los dirigentes del fútbol consideran que la tasa debilitaría todavía más su situación económica, muy crítica en algunos casos, como el del Lille, al borde de la quiebra.

 

En total, los clubes franceses acumulan un déficit de unos 100 millones de euros desde hace tres años.

 

Algunos presidentes, como el del Girondins, Nicolas de Tavernost, propietario del canal de televisión M6, han asegurado que abandonarán el club si se aplica ese impuesto.

 

El del Lyon, Jean-Michel Aulas, ha asegurado que ese impuesto comprometería su compromiso de construir un nuevo estadio, previsto para albergar partidos durante la Eurocopa de 2016.

 

Sin contar con que el impuesto empobrecería el nivel general del campeonato, en un momento en el que la inversión extranjera, de catar en el caso del PSG y de Rusia en el del Mónaco, habían elevado el interés entre los aficionados.

 

La UCPF recordó que el fútbol emplea a unas 25 mil personas y que ya paga impuestos por valor de 700 millones de euros, a los que suma otros 130 millones como contribución a la solidaridad nacional.

 

Los presidentes se retiraron ayer de una reunión con diputados para estudiar la posibilidad de eximir al fútbol del pago de ese impuesto.

 

La nueva tasa fue adoptada en primera lectura por los diputados el pasado viernes, dentro de los debates para la aprobación de los presupuestos para 2014.

 

Ahora tiene que pasar por el Senado antes de que pueda ser definitivamente aplicada a partir del 1 de enero próximo.

 

Se trata de un impuesto provisional anunciado por Hollande para dos años, con el fin de que los que más ganan contribuyeran de forma excepcional a la riqueza nacional en un momento de crisis.

 

Varios miembros del Gobierno han mostrado su intención de que el fútbol, un sector privilegiado, no sea exonerado de este impuesto.