Moscú. Varios miles de personas, incluyendo al líder opositor ruso Alexei Navalny, participaron en la “Marcha en apoyo de presos políticos” o “prisioneros del 6 de mayo” convocada por grupos opositores rusos en Moscú contra el régimen del presidente Vladimir Putin
Durante el recorrido de la marcha, autorizada por las autoridades rusas y que transcurrió por el centro de la capital, de la Plaza Pushkin hasta la Plaza Sájarov, los manifestantes gritaron consignas como”Putin ladrón” y “Libertad para los presos políticos”, agitando fotos de personas que consideraban víctimas de persecusiones políticas.
En esas fotos se podía ver al ex magnate petrolero Mijaíl Jodorkovski, a las jóvenes del grupo punk Pussy Riot, que cantaron una plegaria contra Putin en la Catedral de Moscú, a la tripulación del barco de Greenpeace “Arctic Sunrise”, así como a las personas encarceladas por haber participado en mayo de 2012 en una manifestación en vísperas de la investidura de Putin en el Kremlin para un tercer mandato.
Los opositores formaron columnas, cada una de las cuales representaba un movimiento o fuerza política.
Alexei Navalny, recientemente condenado a cinco años de prisión en suspenso, en un caso que según él fue ordenado por el Kremlin, recalcó que había que presionar a las autoridades para que liberasen a los manifestantes encarcelados.
“Las autoridades preparan un proyecto de amnistía. Nuestro objetivo es lograr que esas personas sean incluidas en ese proyecto”, declaró a los periodistas.
Los manifestantes también reclamaron la libertad para los 28 miembros de la tripulación de Greenpeace, en detención provisoria por dos meses, después de una acción contra una plataforma petrolera del gigante Gazprom en el Ártico, por lo que fueron condenados con cargos de piratería en un principio a 15 años de cárcel, hasta que el gobierno decidió imponer el cargo de vandalismo que tiene máximo una pena de siete años de prisión.
El 6 de mayo de 2012 una manifestación opositora en la plaza moscovita Bolótnaya finalizó con violentos enfrentamientos con la policía y la detención de varios centenares de personas. Para un opositor, una condena a cuatro años y medio de cárcel, y para otro, un tratamiento forzado en un asilo siquiátrico.