ESTAMBUL. Turquía conectó por primera vez Europa y Asia a través de un túnel submarino para cumplir el sueño de un sultán otomano de hace siglo y medio.

 

El túnel Marmaray, inaugurado el martes, tiene una extensión de 1.4 kilómetros por debajo del Estrecho del Bósforo, que conecta el Mar Negro con el Mar de Mármara y divide Estambul entre Asia y Europa. Funcionarios turcos dicen que a más de 55 metros bajo el lecho marino será el túnel de ferrocarril más profundo del mundo.

 

El túnel es uno de varios grandes proyectos de infraestructura del gobierno del primer ministro Tayyip Erdogan que han ayudado a impulsar la economía, pero también han provocado protestas.

 

“Pido a Dios que el Marmaray que inauguramos sea un beneficio para nuestra Estambul, nuestro país, toda la humanidad”, dijo Erdogan en la ceremonia inaugural.

 

Las autoridades esperan que transporte a 1,5 millones de pasajeros diarios y alivie parte de los embotellamientos crónicos de tránsito de la capital turca. Un sueño más distante es que el túnel llegue a formar parte de una nueva ruta ferroviaria para viajar por tren entre Europa occidental y China.

 

El proyecto comenzó en 2005 y debía completarse en cuatro años, pero fue demorado por importantes hallazgos arqueológicos, como un puerto bizantino del siglo IV, cuando los constructores comenzaron a cavar.

 

El túnel ha suscitado temores de que pudiera ser vulnerable a los terremotos en una región de gran actividad sísmica.

 

Pero el ministro de Transporte turco, Binali Yildirim, dijo que está diseñado para soportar un terremoto de 9 grados y lo calificó de “el lugar más seguro en Estambul”.

 

Se cuenta que el sultán otomano Abdulmejid fue el primero en proponer la idea de un túnel por debajo del Estrecho del Bósforo hace un siglo y medio. Uno de sus sucesores, Abdulhamid, hizo que los arquitectos le presentaran propuestas en 1891 pero nunca pasó de ahí.

 

El túnel es uno de los proyectos a gran escala de Erdogan, que incluyen un túnel separado debajo del Estrecho del Bósforo para autos de pasajeros, un tercer puente sobre el estrecho, el mayor aeropuerto del mundo y un enorme canal.

 

Los proyectos han provocado acusaciones de que el gobierno adelanta planes que cambian significativamente la ciudad sin consultar lo suficiente al público, preocupaciones que impulsaron protestas en todo el país en junio.

 

A la ceremonia del martes en el 90mo aniversario de la República Turca asistieron Erdogan y otros funcionarios, como el primer ministro japonés, Shinzo Abe, cuyo país participó significativamente en el financiamiento y la construcción del túnel.