TOKIO. El Gobierno japonés someterá a los tres mayores grupos bancarios del país a una investigación después de que uno de ellos se vio envuelto en un escándalo de financiamientos de grupos vinculados al crimen organizado, de acuerdo con el diario Asahi.

La Agencia de Servicios Financieros ha comunicado a los tres megabancos (Tokyo Mitsubishi UFJ, Sumitomo-Mitsui y Mizuho) que realizará inspecciones el próximo 5 de noviembre centradas en la gestión general de la empresas y en el cumplimiento legal de sus operaciones.

 

El anuncio se produce después de que hace unas semanas se hiciera público que el banco Mizuho realizó préstamos a individuos relacionados con los yakuza (nombre que reciben los clanes del crimen organizado en Japón).

 

El escándalo se destapó gracias a una inspección de la Agencia de Servicios Financieros entre diciembre de 2012 y marzo de 2013, en la que se detectó que Mizuho realizó 230 operaciones, principalmente en forma de préstamos para la compra de automóviles, valoradas en más de 200 millones de yenes (1.5 millones de euros) con personas relacionadas con los yakuza.

 

Esto ha forzado al presidente del banco, Yasuhiro Sato, a renunciar a la mitad de su salario anual tras reconocer que responsables de la entidad estaban al tanto de estas operaciones.

 

Su predecesor, Satoru Nishibori, que abandonó el cargo en 2011, también devolverá de manera retroactiva parte del sueldo que recibió desde 2010, año en el que conoció por primera vez dichas transacciones.

 

En total unos 54 empleados de la institución han aceptado algún tipo de penalización tras el escándalo.

 

La de noviembre será la primera investigación de la Agencia desde que en septiembre anunció una nueva política de supervisión, a través de la cual se compromete a centrar las inspecciones en puntos concretos en función de cada institución, en vez de realizar revisiones estándar.