“La refinación no es un negocio sustentable para México”, así lo estimó el ex secretario de Energía, Jordy Herrera Flores, ponente invitado para explicar la propuesta del Partido Acción Nacional (PAN) en el marco de la reforma en materia energética en la Cámara de Diputados.

 

En entrevista con 24 HORAS, Herrera Flores señala que el negoció para México continúa estando del lado de la exportación de crudo, debido a que el margen de ganancia es “inmenso”, mientras que en la venta de productos refinados “se pierden o se ganan centavos”.

 

¿México tiene futuro en el negocio de la refinación?

 

El mundo está cambiando. El mayor consumidor de refinados es Estados Unidos. El año pasado ese país tenía una capacidad ociosa, es decir que para México era atractivo ir hasta allá y traer gasolina al menor precio posible, esto está cambiando. Los Estados Unidos incrementó su capacidad de refinación “en lo no convencional” a razón de 2 millones de barriles de crudo extra, es decir, ese país va a volver a saturar su capacidad de refinación en el muy corto plazo.

 

Ante este panorama ¿qué podría esperarse para el país?

 

Hay dos escenarios. Ya no será necesario tener un principal comprador de crudo, esto es un hecho, no sabemos si esto va a suceder en 2018, en 2020 o 2022, pero Estados Unidos va a dejar de consumir el crudo proveniente de México. Uno, el crudo mexicano se podría comercializar con otros países, puede ser India o China, o bien se invierte y se hacen refinerías.

 

¿Pero en la actualidad hay restricciones presupuestales?

 

Una nueva refinería debe costar, de manera conservadora, entre ocho mil o nueve mil millones de dólares y, según las necesidades que tiene el país, se requerirían unas tres refinerías para cerrar la brecha de importación. En síntesis, se tendría que invertir unos 30 mil millones de dólares para tener en unos cinco o siete años, por ahí de 2020, esta capacidad de refinación.

 

Pero para ese momento, ¿qué cantidad de combustible requerirá México?

 

Lo probable es que el consumo de la gasolina per cápita en el país, así como en el mundo, va a disminuir, por los altos costos y las nuevas tecnologías. Ya los coches eléctricos, los coches híbridos, los coches con otro tipo de combustible ya existen, ya están circulando inclusive en la Ciudad de México.

 

Entonces ¿descarta hacer negocios a partir de la refinación de crudo?

 

El negocio de refinación, si se compara con el negocio de producción no, no es atractivo. Hoy en día nos puede costar en promedio un barril unos seis dólares y se puede vender la mezcla mexicana en los cien dólares, es decir, el margen de utilidad es inmenso. Mientras que del lado de la refinación por cada barril se pierden o se ganan centavos.

 

¿Qué vislumbra en el área de la explotación?

 

Comparativamente, por cada peso que invierte el Estado mexicano hoy en el área de explotación no es rentable comparado con el peso invertido en refinación. Sin embargo en términos de lo que está sucediendo en el mundo, es momento de voltear y revisar qué es lo que más nos conviene, recordando que no podemos garantizar el precio alto del barril de petróleo para siempre, y al mantener nuestra producción vamos a tener que invertir mucho, mucho más.

 

¿Cuál es la tendencia que tiene?

 

La forma económica y barata de producir crudo ya se acabó, tenemos que hacernos a la idea de  que ya se acabó. Lo que vamos a encontrar es que será cada vez más costoso conforme vayamos agotando los pozos maduros, los pozos marginales, las áreas conocidas, se va ir acabando y llegaremos tarde o temprano a aguas profundas y al mundo de lo no convencional. Sabemos que en aguas profundas el costo por barril será del doble, por lo menos, hay puntos de vista que se iría al tiple; y en lo no convencional estamos a diez dólares, es decir un 40 por ciento más caro. Este es el futuro de los campos de desarrollo en México.

 

¿Cuándo va a pasar esto?

 

En unos diez o doce años, pero tenemos que trabajar hoy para que no haya una caída en la producción. No perdamos de vista que en el sector energético, las decisiones que se tomen ahora se reflejarán en lapsos largos de tiempo; fuera de administraciones, para ser más ejemplares.