El individuo que protagonizó un tiroteo en el aeropuerto Internacional de Los Ángeles el viernes pasado permanece hospitalizado en condición crítica y bajo vigilancia, reportaron autoridades policiales.

 

Paul Ciancia, de 23 años, quien recibió tres disparos, uno de ellos en la cabeza, permanece inconsciente y es vigilado por agentes federales las 24 horas del día en el hospital Ronald Reagan de la UCLA en Westwood.

 

Ciancia, a quien se le presentaron dos cargos por asesinar a un agente y perturbar el orden en un aeropuerto, podría -en caso de sobrevivir- enfrentar cadena perpetua y muy posible la pena de muerte.

 

Más de mil 500 vuelos y más de 167 mil pasajeros fueron afectados tras el incidente en el tercer aeropuerto con mayor actividad en Estados Unidos.

 

Según nuevos reportes, Ciancia fue llevado al aeropuerto por su compañero de habitación, quien nunca supo que éste cometería su acción en donde mató a un agente de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) e hirió a dos agentes más y a un pasajero.

 

El agente de la TSA que falleció era el salvadoreño Gerardo Hernández, quien esta semana cumpliría 40 años de edad.

 

Hernández antes de ser impactado verificaba identificaciones y pases de abordar en la base de una escalera eléctrica que lleva a la principal zona de revisión.

 

Después de que baleara a Hernández y subiera una escalera eléctrica, Ciancia volteó, vio que aún se movía y regresó para rematarlo, de acuerdo con las imágenes que captó una cámara de vigilancia y examinada por los investigadores.

 

Tras ser dejado en el aeropuerto Ciancia caminó al interior de la terminal 3 en donde sacó un rifle de asalto para disparar contra el agente al que le sobreviven su esposa y dos hijos.

 

Paul Ciancia, quien según los reportes actuó en solitario en el tiroteo, recibió cuatro disparos uno en la cabeza y tres en las piernas antes de dejar heridos a los agentes James Speer de 54 años y a Tony Grigsby de 36 años. Ambos ya fueron dados de alta.

 

Ciancia traía en su ropa un mensaje escrito en el que decía que solo con matar a un agente de TSA su misión sería cumplida, al tiempo que advirtió que buscaría “infundirles miedo ?a los agentes- en sus mentes traicioneras”.

 

El atacante estudió en el programa de mecánico de Motocicleta Tecnológica del Instituto Tecnológico Universal en Orlando, Florida, en donde se graduó en 2011 y quien actualmente se encontraba desempleado.

 

Otra de sus víctimas fue el profesor Brian Ludmer de 29 años de edad, residente de Calabasas, quien aún permanece hospitalizado en condición estable y podría ser sometido a otra operación este lunes después de recibir un tiro en una pierna.

 

Autoridades aeroportuarias reportaron este lunes que la actividad en el aeropuerto angelino retornó a la normalidad, al tiempo que se reforzaron las medidas de seguridad.