Un IFAI con injerencia en estados y municipios, la centralización de las compras en el sector salud, el control de la nómina de los maestros por parte de la Federación y la propuesta de crear un Instituto Nacional de Elecciones que supla a los Institutos Estatales Electorales (IEE) significan que el pasado centralista está de regreso.

 

El 23 de agosto pasado, la Cámara de Diputados aprobó dotar al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) de facultades para lograr una mayor transparencia en el uso de los recursos públicos destinados a créditos de los gobiernos locales, la llamada deuda subnacional. También lo relativo al financiamiento y deuda de estados y municipios.

 

De igual forma, el 22 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General de Salud, para centralizar las compras del sector salud, como medicamentos y materiales.

 

La propuesta, enviada por el titular del Ejecutivo federal, busca que el gobierno federal haga las compras consolidadas de medicinas y materiales que se distribuirán a todas las entidades para la atención en salud.

 

Con eso se fortalece a la Secretaría de Salud (Ssa) como la instancia rectora y articuladora del Sistema de Protección Social en Salud, con el propósito de mejorar la eficiencia de los servicios estatales.

 

Asimismo, el 10 de septiembre se aprobó que el gobierno federal le quite a los estados el control sobre el dinero para el pago de nómina a los maestros de educación básica, con el fin de dar más transparencia y evitar negociaciones dobles de aumentos y pago a plazas inexistentes o duplicidad.

 

Con esta medida, los estados dejarán de manejar el próximo año 292 mil 583 millones 472 mil 824 pesos de aportaciones federales para el pago servicios personales, según los cambios a la Ley de Coordinación Fiscal y a la Ley General de Contabilidad Gubernamental, en materia de financiamiento educativo, incluidas en el paquete económico 2014.

 

Con esta reforma, enviada por el presidente Enrique Peña Nieto, se busca sustituir el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB), por el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE), el cual “generará un adecuado control administrativo de la nómina de los maestros transferidos a los estados”.

 

Finalmente, actualmente se debate la reforma política electoral, a propuesta del PAN, en la que se establece la creación del Instituto Nacional Electoral (INE), el cual absorbería las funciones de los 31 institutos estatales electorales del país, por lo que organizaría todos los procesos comiciales del país.

 

De acuerdo con el PAN, se pretende desaparecer los IEE debido a que considera que están controlados por el gobierno estatal en turno.

 

¿Y los estados?

 

A pesar de que en los últimos sexenios se fortaleció el discurso del federalismo, con una mayor involucramiento de los tres niveles de gobierno en la planeación y ejecución de políticas y programas públicos, en la actual coyuntura ninguna autoridad estatal ha protestado por el retorno del centralismo.

 

La única que ha creado un bloque en contra fue Leticia Soto, consejera presidenta del IEE de Zacatecas, quien mantiene una campaña de rechazo en contra de la creación del súper IFE.

 

De acuerdo con algunos especialistas, el gran problema del actual diseño federalista es la enorme dependencia financiera de los gobiernos estatales y municipales. En la actualidad, los estados y municipios recaudan únicamente alrededor del 5% de los impuestos en el país, en Argentina este cifra ronda el 45%, en Canadá el 50%.

 

¿Qué es el centralismo?

 

Por definición, el centralismo es el sistema de organización estatal cuyas decisiones de gobierno son únicas y emanan de un mismo centro, sin tener en cuenta las diferentes culturas o pueblos a quienes afecta.

 

El centralismo es un modelo de gobierno en el que las decisiones políticas se toman desde el gobierno central. En esta forma de gobierno, el gobierno central asume competencias ante los estados federados.