En el centenario del nacimiento de Albert Camus, escritores como Elsa Cross, Jaime Labastida, Javier Sicilia, Luigi Amara y Philippe Ollé-Laprune, entre otros, a partir del ensayo, la poesía en prosa y la ficción, prestaron sus plumas para reflexionar sobre las ideas, las palabras y los silencios del escritor francés, para rescatar uno de los pensamientos más vigentes de nuestra época.

 

Durante la presentación de “La felicidad y lo absurdo” de la editorial Tusquets, el escritor Luigi Amara destacó la vigencia del pensamiento de Camus, y resaltó que la mejor manera de recordarlo es leerlo y releerlo.

 

“El pensamiento de Camus es uno de los más vigentes de nuestra época, él se preguntaba si el hombre tenía límites, es aceptable que secuestren, que roben o incluso que se tomen las calles, Camus reflexionaba sobre lo que está permitido, y son situaciones que vivimos día tras día. Creo que la mejor manera de recordarlo a cien años de su nacimiento, es leyendo sus textos y volverlos a leer”, declaró.

 

En la ponencia participaron los escritores Elsa Cross, Jaime Labastida, Luigi Amara y Philippe Ollé-Laprune, quienes recordaron unos de los textos y episodios más importantes de la obra de Albert Camus, “el Mito de Sísifo”, en donde el autor narra la historia de Sísifo, el más inteligente de los hombres, que fue condenado por los dioses a la reiteración monótona e infinita del más terrible de los castigos, que consiste en empujar una roca por una ladera, solo para contemplar su caída. Un ensayo en donde el autor termina con las palabras “Hay que imaginar a Sísifo feliz”.

 

Una profunda idea arraigada en lo absurdo de la existencia, que marcó toda una generación y dio una nueva forma a la esperanza humana, pensamiento en el cual profundizo la escritora Elsa Cross.

 

Albert Camus nació en Argelia en 1973, en donde trabajó como redactor de un diario y posteriormente se dirigió a París, donde se sentiría comprometido con los acontecimientos históricos en Europa antes y después de la segunda guerra mundial.

 

Escribió libros de gran tracendencia para la humanidad como “La Peste”, “El Extranjero” y “Calígula”, por los cuales recibió el Premio Nobel de Literatura en 1957. Falleció en 1960, víctima de un accidente automovilístico, poco después de declarar a un periodista: “Mi obra aún no ha empezado”.