La organización Human Rights Watch (HRW) aplaudió hoy el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que puso en libertad al mexicano Israel Arzate, acusado de haber participado en una matanza tras una declaración que fue obtenida mediante tortura, según denuncio la propia víctima.
“La sentencia de la Suprema Corte implica el reconocimiento por parte del poder judicial de que la confesión de Israel Arzate se obtuvo cercenando sus derechos y nunca debería haber sido admitida como evidencia”, indicó en un comunicado José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
Según Vivanco, la Suprema Corte debería emplear ahora el pronunciamiento en el caso de Arzate “para ratificar una prohibición clara e inequívoca de uso de evidencias asociadas con torturas en el sistema judicial mexicano”.
HRW recordó que el fallo emitido este miércoles ratifica el principio de derecho constitucional “que considera inadmisibles las pruebas obtenidas mediante tortura u otras violaciones de derechos humanos fundamentales”.
Arzate fue detenido el 3 de febrero de 2010 por su supuesta participación en la matanza de 15 jóvenes perpetrada cuatro días antes por un comando armado que entró a una vivienda de Ciudad Juárez, en el norte del país, cuando celebraban una fiesta.
Pero este miércoles la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de México ordenó su inmediata libertad tras anular su confesión al haberse rendido mientras estaba en custodia de militares, no ante la autoridad civil correspondiente.
Arzate alegó siempre que fue torturado por miembros del Ejército para que se autoinculpara, y que su confesión fue grabada y después utilizada como prueba en su contra durante el juicio.
“Yo recibí justicia”, pero las víctimas de la masacre en la colonia de Villas de Salvárcar no. “Los familiares ahora tienen que pedirle a las autoridades que resuelvan quién fue y a ver si no salen con otro inocente”, dijo Arzate ayer.
Ahora que la Suprema Corte puso en libertad a Arzate, “las autoridades deberían investigar en profundidad sus denuncias de tortura y llevar ante la justicia a los responsables,” dijo por su parte Vivanco.
La posición que ha mantenido Arzate fue respaldada en agosto de 2011 por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que confirmó que fue sometido a tortura severa y retenido ilegalmente.
Además, en 2012 Amnistía Internacional y la Organización de las Naciones Unidas pidieron su libertad alegando que había pruebas de que su confesión había sido extraída bajo tortura.