En los últimos dos años el Cártel de Los Caballeros Templarios extendió sus operaciones de introducción de precursores químicos y químicos esenciales a los puertos de Manzanillo, Colima, y Zihuatanejo, Guerrero.
De acuerdo con información de inteligencia del gobierno federal, ese grupo después de dominar el Puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, amplió su control hacia Guerrero y el año pasado, por lo menos, había comenzado a operar en Manzanillo.
Los datos recabados por distintas oficinas muestran que el mismo esquema que desarrollaban en Lázaro Cárdenas lo reprodujeron en Zihuatanjeo y se estaban extendiendo por la costa guerrerense a otros poblados, como Cayaquito.
En Michoacán Los Templarios no sólo lograron convertir al Puerto de Lázaro Cárdenas como el de mayor acceso de los precursores químicos y químicos esenciales para producir drogas sintéticas, sino que también sometieron al pago de cuotas a empresas exportadoras e importadoras, transportistas y de servicio; así como a funcionarios de Aduanas y PEMEX.
La zona costera michoacana también se convirtió en territorio liberado para que ese grupo pudiera recibir los cargamentos de cocaína procedentes de Centroamérica, para su almacenaje y traslado hasta los Estados Unidos.
Por esas razones, el lunes pasado, Fuerzas Armadas y civiles retomaron el control de Lázaro Cárdenas y se mantendrán por tiempo indefinido en la zona, para llevar a cabo las investigaciones necesarias y desmantelar la penetración del Cártel en ese lugar.
En una operación similar, de acuerdo con los informes de inteligencia, Los Templarios sometieron a empresarios y funcionarios en Petacalco, El Capire, Pantla, La Salitrera, Zihuaanejo y Punta el Potosí, todos en Guerrero, para que ingresen los químicos, construir en los alrededores laboratorios para procesar las drogas sintéticas y, también cobrar el derecho de piso al comercio legal.
En Manzanillo, señalan los reportes, las operación de ese grupo aún no se ha consolidado, por los enfrentamientos con el Cártel de Sinaloa, pero desplazaron a grupos que permitieran tomar el control.
Ni en Guerrero, ni en Colima, el gobierno federal ha desplegado todavía a las Fuerzas Armadas o Policía Federal, para estrangular las operaciones de Los Templarios en esa zona.