Las autoridades estadunidenses en la frontera deberían adoptar nuevas formas de actuación y más transparencia en la información de incidentes de uso de fuerza de sus agentes, recomendó hoy el periódico Los Angeles Times.
En uno de sus editoriales, el rotativo destacó que al menos 20 personas han sido asesinadas por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (USCBP), desde que esta dependencia fue creada, en 2010.
La USCBP ha estado en medio de la polémica luego que no ha sido transparente en informes detallados sobre incidentes en los que han muerto unas 20 personas.
El rotativo comparó el uso excesivo de fuerza en la frontera ya que antes de la creación de esa oficina sólo se habían reportado tres de esas muertes en 2008 y una en 2009.
“¿Qué esta pasando?”, cuestionó el diario, tras recomendar nuevas forma de actuación y más transparencia en informes públicos sobre la actuación de esa corporación, creada para la seguridad en la frontera del lado estadunidense.
Con más de 43 mil agentes, sus filas se han duplicado en los últimos años convirtiéndose en la mayor agencia de aplicación de la ley en la nación.
“Pero junto al rápido incremento de personal han llegado denuncias preocupantes sobre el uso excesivo de la fuerza”, acotó el rotativo.
Algunas de las víctimas recibieron disparos por la espalda, incluyendo un menor, de 16 años, en la frontera con Nogales, México, y quien fue impactado al parecer porque lanzó piedras a los agentes.
En la frontera estadunidense, los muertos han sido un inmigrante mexicano que sufrió un ataque al corazón después de recibir descargas de Taser por agentes en San Diego.
Hasta ahora esa oficina ha proporcionado pocos detalles sobre las muertes o los agentes involucrados.
En 2012, las autoridades ordenaron una revisión interna y una auditoría externa de las políticas de uso de la fuerza de la agencia.
Ambos informes han sido terminados, pero hasta la fecha no se han hecho públicos.
Un informe divulgado en septiembre pasado por la oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional concluyó que “muchos agentes no comprenden el uso de la fuerza y el grado en que pueden o no usarla”.
Es evidente que la tarea de patrullar la frontera es muy peligrosa, en especial con el aumento de la participación del crimen organizado, apuntó.
Esos riesgos, sin embargo, no protegen al organismo de su obligación de responder a las preguntas sobre sus tácticas, señaló.
Aduanas y Protección Fronteriza se niega a publicar estadísticas sobre uso de la fuerza, pero el informe del inspector general identificó a mil 187 posibles acusaciones de uso de fuerza en cinco años, hasta el 30 de septiembre de 2012.
Apenas en octubre pasado, un ciudadana estadunidense con discapacidad presentó una demanda alegando que sufrió un aborto después que un oficial en la frontera la tiró al suelo.
En Arizona, los grupos de derechos civiles presentaron una queja formal que detalla decenas de denuncias sobre uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de la Patrulla Fronteriza.
Aduanas y Protección Fronteriza acordó en fecha reciente ampliar la capacitación de uso de la fuerza para los nuevos agentes y mejorar la forma en que rastrea y monitorea incidentes.
“Eso es un comienzo, pero esperamos que la agencia considere propuestas, incluyendo el de la congresista Lucille Roybal (de Los Angeles) para una mayor transparencia de información pública de incidentes de uso de la fuerza”, indicó el periódico.