LONDRES. Un hombre fue condenado hoy a 9 años de prisión por un delito de violación que cometió en 1989 en Manchester (norte de Inglaterra), gracias a los avances experimentados en tecnología forense en los últimos años.
Barry Howell, de 56 años, fue encarcelado hoy por decisión de un tribunal de Manchester después de que la unidad de casos no resueltos de la policía de esa ciudad lograra desenmascarar al violador al comparar, el pasado año, una muestra de ADN tomada tras el ataque con datos genéticos de delincuentes convictos.
Hace 9 años se estableció un primer vínculo cuando los agentes reabrieron el caso, si bien entonces no se pudo hallar ninguna relación directa con la base de datos nacional de muestras de ADN.
No obstante, los avances experimentados en las tecnologías forenses posibilitaron que Howell fuera detenido en febrero por la violación de su víctima, que tenía 25 años en el momento de la agresión, cometida en un patio abandonado cercano a la estación ferroviaria de Manchester el 22 de noviembre de 1989.
La mujer fue inmovilizada por la espalda cuando salía de trabajar y el violador la amenazó colocándole un cuchillo en la garganta.
Según la policía, aunque tras el ataque no se efectuaron detenciones, la investigación nunca se cerró pues los detectives perseguían numerosas pistas forenses.
En 2004 la policía de Manchester reabrió el caso como parte de una operación a nivel nacional para revisar delitos de violación que no habían sido resueltos empleando las últimas técnicas de ADN.
Los agentes obtuvieron un perfil completo del ADN del violador extraído de las muestras forenses iniciales aunque no lograron entonces establecer una coincidencia con las de la base de datos de ADN nacional.
Pese a ello, prosiguieron las pesquisas y en 2012 los avances tecnológicos permitieron encontrar un vínculo que coincidía con el perfil completo de ADN obtenido en 2004, según explicó la policía.
Ello llevó hasta Howell, quien inicialmente se negó a proporcionar una muestra voluntariamente y que finalmente accedió cuando los agentes lograron una orden de registro de su domicilio.
La inspectora Michaela Clinch, a cargo de la investigación, dijo hoy que, “sobre todo en los últimos 10 años, los avances en tecnología forense han tenido un impacto enorme en la capacidad de la unidad de casos no resueltos para investigar crímenes históricos”.