México tiene un rezago de dos décadas en el impulso de energías limpias en comparación con Dinamarca, el cual ocupa el primer lugar a nivel global en instrumentación de políticas de desarrollo sustentable.

 

El ejemplo de este rezago son los llamados “impuestos verdes” por la emisión de gases de efecto invernadero, propuesto por el Ejecutivo en la reforma hacendaria para comenzar a operar en 2014.

 

“Hoy Dinamarca es una referencia en el uso de energías limpias, pero se debe a un trabajo que venimos haciendo desde hace décadas, y México debe dar el primer paso para buscar ese cambio a largo plazo”, dijo en entrevista Morten Hojer, asesor especial sobre Cambio Climático y Crecimiento Verde de Copenhague, durante su visita a México.

 

El gobierno danés adoptó esta medida desde 1994, con una reforma de impuestos verdes que se instrumentó a partir de una serie de disposiciones, como el incremento en los costos de energía y apoyos para las industrias que emprendieron acciones para disminuir el consumo de energía, aseguró el funcionario.

 

Otra de las medidas en Dinamarca es el incremento de impuestos a energías no renovables para lograr un ahorro energético. El costo de la electricidad es uno de los más altos en los países industrializados y el impuesto por un coche nuevo supera hasta 100% el valor del propio vehículo, dependiendo del consumo de combustible y las emisiones de bióxido de carbono.

 

Por otro lado, mediante energías renovables como la biomasa o la eólica, el gobierno danés abastece más del 25% del consumo eléctrico del país y los habitantes pagan menos por el consumo de este tipo de energía en sus hogares.

 

A pesar de este atraso, el país ya inició una serie de acciones para adoptar medidas ambientales similares a las de Dinamarca, señaló en entrevista telefónica Jessica Domínguez, gerente del área de Sustentabilidad de KPMG en México.

 

“Vamos tarde, pero al menos ya tenemos una legislación que, aunque todavía nos falta instrumentar, significa un avance para la disminución de emisiones contaminantes y adopción de políticas sustentables”, opinó la especialista.

 

Para Domínguez, en México hace falta un endurecimiento en materia de impuestos, pero éste se tiene que con absoluta claridad de cómo se va a instrumentar: “La medida se tiene que estudiar más, para saber cómo se puede ir implementando de la mejor manera que no impacte a la población y que nos beneficie a todos”.

 

Asimismo, la especialista concluyó que el cambio en la aplicación de políticas públicas para impulsar energías sustentables tendrá que darse, principalmente, en la obligación por parte de las industrias de reducir sus emisiones, ya que hoy en día el tema está en etapa voluntaria.