A sólo unos meses de haber tomado la dirección del Consejo, Lecea Blanco resalta el valor de la alternancia en dicha institución, donde el liderazgo del sector se otorga en un ciclo a un empresario bodeguero y en el siguiente a un agricultor.
“No se trata de que haya inclinaciones según el tipo de presidente que esté, ya que lo más importante es que siempre trabajemos juntos para el sector. Lo interesante en todo caso es que haya puntos de vista que siempre enriquezcan las propuestas, que desde una u otra perspectiva siempre haya los elementos para que todos los elementos de la cadena productiva del vino riojano resulten beneficiados. Eso es, en todo caso, lo fundamental”.
“A pesar de los problemas económicos que se enfrentan a nivel mundial, y en particular en España, seguimos reflejando movimientos positivos en las ventas. En 2013 continuamos con una tendencia al alza, con un avance de 4.6%, con respecto al año pasado. En nuestra actitud no hay sorpresas, ya que los riojanos hemos decidido desde hace tiempo apostar plenamente por la calidad, por la producción de vinos que vayan en sintonía con un segmento que cada día va en busca de mejores vinos.
“Es un hecho que se pone en evidencia con la propuesta que Rioja expone en los mercados nacionales e internacionales. No competimos en el área de vinos de baja gama; nuestra visión es seguir avanzando en los rubros de vinos de calidad, en el escalafón de alta gama, de vinos Premium”, afirma.
MUESTRA DE UNA CULTURA
Cerca de 900 bodegas conforman el inventario productivo de la tierra que hoy es icono del vino español y símbolo de oficio, tradición y renovación. Dentro de ese censo, cerca de 60 corresponde a los grandes grupos empresariales de presencia internacional.
“México siempre ha sido un mercado primordial para Rioja, con muy buena respuesta por parte de los consumidores; sin embargo tenemos que insistir en áreas como la promoción de la cultura del vino y una mayor difusión con las nuevas generaciones que ya están en la dinámica de consumir vino y que están en busca de nuevas experiencias, de expresiones que sigan abriendo su universo sensorial. Además es un segmento con capacidad adquisitiva media para acceder a las propuestas de alta gama de Rioja”, indica el también propietario de Bodegas Lecea.
“Rioja ha sabido mantenerse a la vanguardia de la innovación vitivinícola con una gran diversidad de vinos con personalidad diferenciada que han fundamentado su éxito en los mercados y le han situado en la élite de las denominaciones de origen históricas europeas, siendo hoy la marca “rioja” una de las cinco con mayor notoriedad entre las zonas vinícolas más prestigiosas del mundo”, advierte la página oficial del Consejo Regulador de la DOCa. Rioja.
“Damos un valor indiscutible a la tradición, a la riqueza de los procesos ancestrales y a la jerarquía indiscutible del campo como esencia de nuestra riqueza. Bajo esas premisas, transitamos hacia una oferta que conjuga lo clásico y lo moderno, entendiendo como lo primero a los vinos de siete a ocho años; mientras que en segundo caso están los caldos no envejecidos, de tercer año, con uvas potentes, aromáticas y un paso no breve por barricas nuevas”, precisa Lecea.
De tal modo, explica, su misión y la del Consejo es mucho más que vender vino: es mostrar una experiencia de los sentidos, que además anima a la convivencia y al goce de los placeres gastronómicos.
“Por eso nuestra imagen principal es de gente tomando vino y gozando del encuentro de las ideas y de los sabores, de la charla y el goce en ambientes donde se privilegia la conversación y la buena cocina”.
Resalta que entre los esfuerzos actuales está un incremento en la producción de vinos blancos, área en la que Rioja no ha mostrado tanta presencia, pero en la que ineludiblemente tiene mucho con que competir, tomando en cuenta la incorporación de nuevas variedades de uvas a sus esquemas de producción y el oficio de los vitivinicultores. Es un rubro, subraya, en el que hay mucho por hacer, considerando además el avance en la preferencia por los blancos a nivel mundial.
“Rioja tiene historia, tradición, modernidad y oficio: condiciones perceptibles en las grandes empresas vinícolas, pero también en las pequeñas bodegas y en sus campos, donde desde hace siglos se ha gestado una vocación heredada de padres a hijos. Es un patrimonio de valor incalculable que se refleja y está presente en cada botella de vino riojano. Tenemos muy claro que nosotros no ofrecemos vino, mostramos una historia colectiva y el reflejo pleno de una cultura”, dice Lecea.
De acuerdo con un estudio realizado por la consultora Wine Intelligence, el vino de Rioja presenta en los principales mercados internacionales la mejor relación de conversión entre conocimiento de marca y compra de todas las regiones vinícolas del mundo.
“Con ratios próximos a 50%, lo que representa que lo consumen casi la mitad de quienes lo conocen, el vino de Rioja goza de un gran reconocimiento en los mercados internacionales, siendo con mucha diferencia la región vinícola española más conocida y estando en los primeros puestos entre las regiones más prestigiosas de la vitivinicultura internacional”, precisa el informe.
UN CONSEJO CON HISTORIA
- En 1787 se creó la Real Sociedad Económica de Cosecheros de Rioja, cuyo objetivo era el fomento del cultivo de la vid, la elaboración del vino y el desarrollo de su comercio.
- Ya en el siglo XX, en 1902, se promulgó una Real Orden que definía el “origen” para su aplicación a los vinos de Rioja. En 1926 se decretó la creación del Consejo Regulador cuya misión era delimitar la zona del Rioja, controlar la expedición de la “precinta de garantía” y recomendar las medidas legales que se tomarían contra los usurpadores y falsificadores del nombre “Rioja”. Sin embargo, hasta 1945, este organismo no sería legalmente estructurado.
- Finalmente, el Consejo Regulador quedó constituido en 1953, y comenzó así a sentar las bases de una actuación moderna y eficaz.
- En la evolución hasta la actualidad del vino de Rioja destaca la aprobación, en 1970, del Reglamento de la Denominación de Origen y de su Consejo Regulador. Fue en esa fecha cuando este organismo adquirió una estructuración y funciones perfectamente definidas: “La defensa de la Denominación de Origen, la aplicación, el control y fomento de la calidad de los vinos amparados quedaron encomendados, en primer término, al Consejo Regulador”.
- Tras varias modificaciones del Reglamento por el que se rige el Consejo Regulador, que lo han ido adaptando a las necesidades planteadas en los últimos años, los sistemas de control de calidad se han perfeccionado y a la vez se ha potenciado la promoción.
- ·Después de un largo proceso en el que la Denominación de Origen “Rioja” apostó siempre por la calidad y el control en origen, este esfuerzo alcanzó su reconocimiento.
- El 3 de abril de 1991 una Orden Ministerial otorgó el carácter de Calificada a la Denominación de Origen “Rioja”, primera en España que posee este rango.
Fuente: Rioja Wine