En la cerrada Félix Cuevas número 27, en la colonia del Valle, está la casa donde vivió el cineasta Luis Buñuel. Luego de pasar una remodelación fue reabierta en julio pasado para convertirse en un espacio de residencia de cineastas, investigadores y un espacio de difusión del arte visual. Como parte de las causalidades en las que uno se encuentra en la ciudad de México nos encontramos con el director de la Centro Buñuel de Calanda, España, Javier Espada Ruiz, y conversamos sobre la importancia de la obra de este artista.
Ha pasado un tiempo en el país en la promoción de su documental Una mujer sin sombra, protagonizado por Asunción Balaguer, y en la filmación de otro documental sobre la película Nazarín (1959) en los que participan Gabriel Figueroa, Carlos Reygadas, Silvia Pinal, Diego Luna, Emiliano Gironella, Carmen Parra, José de la Colina, Armando Casas, entre otros. “A partir del descubrimiento de fotografías tomadas por el mismo Buñuel reconstruimos el recorrido que hizo para hacer esta cinta que es considerada una de las más importante de su obra personal”, dice Espada Ruiz, “comenzamos en la Filmoteca de la UNAM donde estaban los negativos y fuimos a varios pueblos del Estado de México y Morelos, como Tlayacapan, Juanacatepec, Yicapixtla, Tetelcingo y la Hacienda de Cocoyoc para volver a retratar esos lugares que le sirvieron de locaciones”.
Gabriel Figueroa fotografió cada pueblo y encuadre del, por decirlo, story board con la misma cámara Leica que el artista surrealista uso para definir sus locaciones. “Descubrí que son muy parecidos a su pueblo, Calanda, por las llanuras y montañas; sitios aislados en el tiempo, como si pertenecieran a los ambientes de Juan Rulfo”. Después de 12 días de intenso trabajo se regresó a España para la postproducción que de momento no tiene un nombre.
México le permite convertirse en el director importante que llegó a ser; antes de venir sólo había hecho tres obras: el cortometraje “Un perro andaluz” (1929), una obra surrealista “La caja de oro” y “La Hurdes, tierra sin pan” (1932). Al estallar la guerra civil cierra su productora; en Estados Unidos tiene un trabajo secundario en el MoMa y es México quien le abre las puertas y le permite volver a la hacer cine. Comienza con “Gran casino”, que es un fracaso y poco a poco hace películas económicas y con un sello personal hasta que da un golpetazo en la mesa con “Los olvidados” (1950), donde apuesta y se la juega ya que estaban a punto de aplicarle el 33 y expulsarlo del país, pero gana en Cannes y consigue ser reconocido. Sin México, Buñuel no hubiera sido el gran director. Nazarín, El ángel exterminador, Simón del desierto y Viridiana.
Sobre la Casa de Buñuel en la colonia del Valle considera que “es importante que haya un punto fijo para reunir las investigaciones sobre su vida y obra, pero también que sea un espacio de amistad ya que aquí compartió con intelectuales importantes como Octavio Paz y Carlos Fuentes. Este lugar tiene la posibilidad de convertirse en un lugar de encuentro entre el cine mexicano y el cine español, pero también a nivel de arte y creación”. ¿Y qué es el Centro Buñuel de Calanda? Se inauguró el 22 de febrero al cumplirse al 100 años de su natalicio. Hay una exposición permanente sobre su vida, obra y su paso por el Surrealismo, además de que tiene una sala de proyecciones y un archivo. Como parte de las actividades cinematográficas realiza un festival anual desde hace nueve años que sigue sigue una broma de Buñuel que escribió en su libro de memorias: que de vez en cuando le gustaría salir de la tumba para ir a comprar el periódico y regresar a leerlo tranquilo en la tumba.
Aunque no hay recetas para acercarse a su filmografía, el director del Centro Buñuel de Calanda sugiere “no tenerle miedo como a la literatura clásica y arrancar con lo que él llamaba “cine alimenticio”, como La ilusión viaja en tranvía, Subir al cielo, Ensayo de un crimen, Nazarín y Los olvidados.