Hace dos años se instituyó el llamado Buen Fin. Inspirado en el Black Friday o Viernes Negro estadunidense, una temporada de compras previa a Navidad, donde los ciudadanos del vecino país del norte, algunos turistas, y viajeros con alto poder adquisitivo (muchos mexicanos), abarrotan las tiendas de los centros comerciales, hacen fila desde noches antes, se arrebatan productos y salen cargados de bolsas, gracias a los altísimos descuentos de la temporada.
Son días creados justamente para comprar, en los que la mayoría de las oficinas lucen despobladas, porque es una tradición salir de vacaciones para “dedicarse” a comprar.
Quien conoce de cerca el fenómeno, sabe que los precios son verdaderamente agresivos, y sumamente tentadores. Desde la perspectiva macroeconómica, es una iniciativa que busca incentivar la economía del país.
El primer año del Buen Fin en 2011, más allá de la derrama económica que indudablemente trajo consigo (pero muy lejana a la que deja el Viernes Negro), lució un poco deslucido. El eterno ambiente de crítica política hizo que algunos lo calificaran de ocurrencia del gobierno, y los descuentos, muy marginales en su mayoría, dieron cierta razón a la crítica. El Buen Fin, presentaba una gran área de oportunidad para mejorar.
Pero poco a poco, las diferentes cadenas comerciales en México han entendido la oportunidad, y uno de los terrenos que ha sido testigo de esto para la tercera edición, que inicia el día de hoy, es internet.
Simplemente, ingrese el día de hoy, a su sitio web de preferencia, y es casi imposible que no vea alguna referencia comercial o editorial al Buen Fin. Por mis actividades profesionales habituales, conozco de cerca que la inversión en publicidad para esta temporada, se multiplicó exponencialmente con respecto al año pasado: Best Buy, Sanborns, Home Depot, Interjet, Aeroméxico, y Wal-Mart, por mencionar solo a grandes cadenas de distribución, además de marcas de productos de diversa índole, empezando por los electrónicos que son siempre objeto del deseo, a decir de la cantidad de publicidad que se puede ver desplegada, destinaron un presupuesto de publicidad muy importante en internet. Algunas de estas incluso, “pulieron” sus sitios web para no sólo promocionar productos, sino promover la compra digital. Colegas que directamente hablan con marcas me comentan que muchos han movido al Buen Fin buena parte, o en algunos casos, todo su presupuesto de publicidad típicamente destinado a la época navideña. Muchos empleadores han decidido adelantar aguinaldos a esta temporada. Y de toda esta euforia, internet está siendo testigo.
Por otro lado, es destacable que de la misma forma, los medios de comunicación, incluyendo medios digitales, dieron espacio editorial al tema con diferentes ángulos, uno de los más repetidos el cuidado que deben tener los consumidores al gastar en este Buen Fin.
Al menos leí cinco historias en diferentes medios sobre tips, y múltiples sugerencias para no dañar las finanzas debido al consumismo que pudiera desatar nuestro Black Friday. En años previos, agrupaciones dedicadas al cuidado del consumidor han cuestionado la efectividad de la iniciativa, y argumentan que sólo ha promovido el endeudamiento de muchos compradores.
Esperaremos los resultados para conocer el impacto económico del Buen Fin en su edición 2013, particularmente en un año donde las expectativas de crecimiento económico se han venido deteriorando en los últimos meses, pero toda esta oleada de publicidad me hace suponer que tendremos un año récord. La apuesta de los comercios en internet, me hace también pensar que por fin habrán entendido la oportunidad, y estarán seguros de que, después de varios años de llevarse a cabo, el Buen Fin es una iniciativa que llegó para quedarse. Y con un poco de suerte, el comercio electrónico, que tanto camino tiene todavía por andar en nuestro país, podría encontrar un buen pretexto para despegar de forma importante.