WASHINGTON. Cuando las mamás ratonas compiten por machos en un contexto promiscuo sus hijos atraen más hembras porque producen más feromonas, pero el atractivo sexual de los ratones acorta sus vidas, según un estudio que publica hoy Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Si los hijos son particularmente sexis y se aparean más que otros, eso ayuda a que sus genes pasen con más eficiencia a la generación siguiente”, explicó Wayne Potts, profesor de biología en la Universidad de Utah que es el autor principal del estudio.
Los ratones macho cuyas madres compitieron por parejas en un contexto promiscuo produjeron 31% más de las principales proteínas urinarias que los ratones nacidos de madres monógamas.
A su vez, otro estudio ha encontrado que los ratones que producen más feromonas tienen periodos de vida más cortos: sólo el 48% de ellos vivió hasta el final del experimento comparado con el 80% de los ratones cuyos parientes vivían en pareja monógama.
Es probable que eso se deba a que se requiere mucha energía para producir los atractivos sexuales secretados en la orina y de ciertas glándulas, añadió el estudio.
“La producción de feromonas es enormemente costosa”, indicó Potts. “La inversión de un solo ratón en la producción de feromonas se compara con la inversión que diez pavos reales macho hacen en la producción de sus colas emplumadas que también se usan para atraer a las hembras”.
Las ratonas prefieren las marcas de olores saturadas con las feromonas producidas en la orina del ratón.
El nuevo estudio ilustra que la salud, la expectativa de vida y la capacidad de un ratón para atraer parejas depende no solo de los genes de sus parientes sino de la epigenética, esto es, la forma en que el ambiente de los progenitores modifica los genes de sus crías.
“Las feromonas son el lenguaje de los ratones”, dijo Adam C. Nelson, autor principal del estudio. “Cuando las hembras se aparean en un ambiente competitivo programan a sus hijos para que tengan una ventaja en la producción de feromonas”.