El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró que las fuerzas políticas que disienten de la reforma energética “están en su derecho de pedir una consulta pública”, aunque este cambio estructural no puede ni debe esperar más.
De hacerlo, advirtió, está en riesgo la seguridad y la competitividad energética nacional, ante las tendencias decrecientes en sus productos petrolíferos y con elevadas tarifas de luz.
“No estamos en plan de pelear, sino de dialogar. Nos parece que las razones de la izquierda tienen todo el derecho a expresarse, como también las voces que están a favor”, reiteró el titular de la Secretaría de Energía (Sener) en el marco del “XX Congreso del Comercio Exterior Mexicano”.
Por ello, hizo un llamado al sector privado, al reiterar que éste puede contribuir a aprobar la reforma energética explicándole a la sociedad la importancia de este cambio para mejorar la competitividad de las empresas y del país.
“Si bien México es un país libre y democrático, es importante que no prevalezcan los argumentos de quienes se oponen a la reforma; sino que también las voces que saben de los beneficios salgan a expresarlo a la sociedad”, subrayó.
En este contexto, Coldwell insistió en que las fuerzas políticas que disienten de la reforma energética “están en su derecho de pedir una consulta, pero creo que la reforma no puede, ni debe esperar más”.
En el evento, organizado por el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), reconoció que “el país está en tendencia decreciente en sus productos petrolíferos”. Está en peligro la seguridad energética y la competitividad del país”, dijo.
Asimismo, manifestó que es importante que las voces que están a favor de la reforma también se manifiesten: “hay muchos mexicanos que conocen este panorama y que saben de los beneficios que traerá a México una modernización del marco regulatorio en materia de hidrocarburos”.
Coldwell insistió que de llevarse a cabo una reforma energética “profunda” se podrían observar resultados claros durante el desarrollo del presente sexenio, a partir de dos años después de la aprobación de las leyes reglamentarias.
“Nosotros creemos que en este sexenio, aun cuando la reforma energética requiera tiempo para su implementación, podremos generar 500 mil empleos nuevos y crecer 1.0 más del PIB; aumentar la producción de medio millón de barriles diarios más y legar a una tasa de restitución de reservas superior a cien por ciento”.
Cuestionado sobre la posibilidad de que una vez aprobada la reforma energética se terminen los gasolinazos, reconoció que ciertamente habría reducción en precios de gas, fertilizantes y luz.
Insistió, de no llevarse a cabo la reforma energética, México se convertirá en un país importador de energías a finales del sexenio.” Es decir, está en riesgo la seguridad energética de la nación”, abundó.
También recordó que se analiza en el Congreso la creación de un fondo petrolero que permita que una parte del incremento de la renta petrolera se destine a ahorro público de largo plazo en México.
“Se está trabajando en el diseño de este fondo, el cual podría ser creado en la medida que cambiemos el modelo regulatorio, y nos permita que la renta petrolera, en lugar de descender, como consecuencia de una baja producción, suba a partir de incrementarla”, concluyó.