BEIRUT. Los casos de violencia contra las mujeres en territorio sirio han ido en aumento desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, plazo en el que unas seis mil sirias han sido violadas, denunció la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REDH) en un informe publicado hoy.

 

El documento, titulado “Violencia contra las mujeres, una herida sangrante en el conflicto sirio“, destaca el incremento de los abusos sexuales, torturas y otras formas de violencia contra ellas.

 

La REDH destacó que este tipo de ataques a las mujeres se han convertido en una táctica deliberada para dañar al otro bando y que la violencia sexual se emplea en el conflicto como un arma de guerra.

 

El texto subraya que cientos de sirias han sido objeto de arrestos indiscriminados, desapariciones forzosas y han sido torturadas en centros de detención del Estado.

 

El grupo denunció que muchas presas no han recibido en meses las visitas de sus familiares, mientras que algunas están acusadas de apoyar y financiar el terrorismo sin haber recibido un juicio justo.

 

El informe hace hincapié en los casos de violaciones, que suelen darse en tres tipos de circunstancias: cuando se produce una redada de las fuerzas gubernamentales, en los puestos de control y en centros de detención.

 

La REDH agregó que ha documentado violaciones en las provincias de Homs (centro), Damasco, Hama (centro), Latakia (oeste), Deraa (sur), Idleb (norte) y Tartús (oeste).

 

Para elaborar el documento, la organización ha entrevistado a varias víctimas de abusos y algunos testigos, como una mujer de Homs, identificada como Julud, que fue capturada por las tropas del régimen en el verano de 2012 durante las redadas en los barrios de Baba Amr y de Karm al Zeitun.

 

“Solíamos llevar varias capas de ropa por miedo a ser violadas”, señaló Julud.

 

Durante su arresto, el oficial de servicio le amenazó con someterla a abusos sexuales: “Me decía que tenía a diecisiete mujeres prisioneras de mi barrio, Bab al Drib, capturadas en registros que él mismo llevó a cabo, y aseguraba que él las había violado a todas”.

 

“Cuando le pregunté sobre el delito que habían cometido esas chicas me respondió que lo hizo para humillar a sus familias”, detalló la mujer, que al final fue puesta en libertad.

 

La REDH lamentó que, pese a todas estas “atrocidades”, los crímenes cometidos contra las mujeres sirias no estén presentes en las agendas de los políticos y activistas de derechos humanos, y que los medios de comunicación suelan ignorar su dimensión.