WASHINGTON. En los años siguientes a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la CIA convirtió a algunos detenidos en la Base Naval de Guantánamo en agentes dobles y los envió a sus respectivos países para ayudar a Estados Unidos a matar terroristas, dijeron funcionarios estadounidenses retirados y en servicio.

 

La CIA prometió a los prisioneros libertad, seguridad para sus familias y millones de dólares de las cuentas secretas de la agencia.

 

Era una apuesta peligrosa. Los funcionarios conocían la posibilidad de que algunos prisioneros pudieran retractarse de su compromiso y matar a estadunidenses.

 

Para la CIA era un riesgo aceptable en una actividad peligrosa. Para el público estadounidense, que nunca supo del programa, es uno de los muchos toma y dacas que el gobierno hizo en secreto a su nombre. Al mismo tiempo que gobierno usó el riesgo del terrorismo para justificar el encarcelamiento indefinido de muchas personas, liberaba a ente peligrosa para que trabajaran para la CIA.

 

El programa funcionó en una instalación secreta construida a pocos cientos de metros de las oficinas administrativas de la prisión en la Base Naval de Guantánamo, Cuba. Las ocho pequeñas viviendas estaban ocultas detrás de una elevación cubierta de maleza y cactus

 

El programa y el puñado de hombres que vivieron en estas viviendas tenían diferentes identificaciones codificadas de la CIA.

 

Pero los que conocía de su existencia lo llamaban Penny Lane, como la famosa canción de los Beatles, y contraparte de otra instalación secreta en Guantánamo, llamada Strawberry Fields, otra conocida pieza de la icónica banda británica.

 

Casi una docena de funcionarios retirados y en servicio del gobierno federal describieron aspectos del programa a The Associated Press. Todos hablaron a condición de no ser identificados porque no están autorizados a discutir el programa secreto, aunque sus actividades terminaron aproximadamente en 2006.

 

Algunos de los que pasaron por Penny Lane ayudaron a la CIA a encontrar y eliminar a muchos operativos de al-Qaida, dijeron los funcionarios. Otros dejaron de ofrecer información útil y la CIA perdió el contacto con ellos.

 

Cuando los detenidos comenzaron a llegar a Guantánamo en enero de 2002, la CIA reconoció una oportunidad sin precedentes de tratar de identificar fuentes. Ese año llegaron 632 detenidos, y el siguiente 117 más.

 

“Por supuesto que eso es un objetivo”, dijo Emile Nakhleh, ex alto analista de la CIA que dedicó parte de 2002 a evaluar a los detenidos pero no reveló detalles sobre Penny Lane. “El trabajo de los servicios de inteligencia es reclutar fuentes”.

 

Para principios de 2003, Penny Lane ya funcionaba.

 

Los candidatos eran trasladados desde los confines de la prisión hasta las viviendas relativamente hogareñas de Penny Lane, dijeron los funcionarios. Las instalaciones tenían cocina, baño privado y televisor, y un patio pequeño.

 

Algunos prisioneros pidieron y recibieron material pornográfico. Un funcionario dijo que el mayor lujo en cada vivienda era la cama, no una litera militar, sino una cama de verdad con colchón.

 

Las viviendas se diseñaron para que los prisioneros se sintieran más en una habitación de hotel que en una celda, y algunos funcionarios de la CIA las llamaban colectivamente como el Marriott.

 

Los funcionarios dijeron que decenas de prisioneros fueron evaluados, pero sólo un puñado, de varios países, fue devuelto como espías que firmaron acuerdos para trabajar con la CIA.

 

Dean Boyd, portavoz de la CIA, decline hablar sobre el tema.

 

El gobierno dice que ha confirmado que aproximadamente 16% de los ex detenidos de Guantánamo liberados se volvieron a sumar a la guerra contra Estados Unidos. Los funcionarios sospechan, pero no han confirmado, que 12% más también se unieron a sus antiguas organizaciones.

 

Pero no está claro si hombres que pasaron por Penny Lane están incluidos, porque en el programa participó un número muy reducido de detenidos. Ninguno de los funcionarios entrevistados por la AP sabía de caso alguno en que un doble agente haya matado a estadounidenses.

 

Aunque la cifra de agentes dobles reclutados fue pequeña, el programa fue lo suficientemente significativo para atraer la atención del presidente George W. Bush, dijo un antiguo funcionario. Bush entrevistó personalmente a un joven oficial de caso que acababa de regresar de Afganistán, donde la CIA por lo general se reunía con sus agentes.

 

El presidente Barack Obama también se entrevistó en el programa, pero por una razón diferente. Poco después de asumir el poder en 2009, ordenó una revisión de los ex detenidos que eran agentes dobles porque estaban ofreciendo información usada en los ataques con aviones no tripulados Predator, dijo uno de los funcionarios.

 

La infiltración de al-Qaida ha sido una de las metas que más esfuerzo le ha dedicado la CIA, pero que otros servicios de inteligencia han logrado sólo ocasionalmente. Los candidatos a Penny Lane tenían que tener vínculos legítimos con el terrorismo. Y para ser de valor para la CIA, tenían que poder reestablecer esos vínculos con al-Qaida.

 

El gobierno de Estados Unidos tenía tales esperanzas en Penny Lane que un ex funcionario de inteligencia recordó discusiones sobre si liberar en secreto a un par de paquistaníes en Estados Unidos con visas de estudiante o de empresario, con la esperanza de que establecieran vínculos con al-Qaida y condujeran a las autoridades a miembros de una célula en Estados Unidos.

 

Otro ex alto funcionario de inteligencia dijo que eso nunca sucedió.

 

Los funcionarios dijeron que el programa concluyó en 2006, cuando el flujo de detenidos a la Base Naval de Guantánamo se redujo a un mínimo. El último prisionero llegó en 2008.

 

Las instalaciones de Penny Lane todavía son visibles en fotos de satélite. Un camino rústico lleva a un claro y el destacamento especial de infantes de Marina que una vez custodiaba las casas ya no está. El complejo está rodeado de dos cercas y oculto entre los árboles y la maleza de la zona, abandonado desde hace mucho tiempo.