Una niña mixteca de 16 años ha sufrido acoso, discriminación y maltrato por su ascendencia indígena durante dos años y medio, de parte de alumnos y maestros en la escuela secundaria 42 “Alejo Peralta Díaz Cevallos” del Barrio de Tepito. Agresiones que esta semana vieron su mayor nivel cuando fue golpeada por compañeros de clase.
En el tiempo que lleva cursado en esta escuela, ella ha dado una férrea resistencia por defender sus orígenes indígenas.
Fue el jueves pasado durante el cambio de clases, cuando fue agredida por sus compañeros de salón, quienes la sorprendieron por le espalda, la “encapucharon” y le dieron “pamba”.
A pesar de que Angelina “N”, quien cursa el tercer año en la “Alejo Peralta”, trató de defenderse, la superioridad física de su contrincante, y la presión emocional de escuchar los gritos de sus demás compañeros apoyando a su agresora, terminó por sucumbirla.
“La otra vez también pero me defendí, pero ahora sí quedé mal de mi cara, me encapucharon, me enojé y ya, un compañero me encapuchó la cabeza y me dieron de mapes (sic) y principalmente la persona que me pegó”, señaló la menor.
Amigas de la agresora, grabaron la golpiza que tuvo lugar en el salón de clases y posteriormente la subieron a las redes sociales para humillar aún más a la joven mixteca.
La primera omisión fue por parte de los maestros de la mencionada escuela, pues cuando denunció los hechos, sólo se limitaron a citar a los padres de familia de los menores involucrados y hacerles una reprimenda verbal.
Y allí quedó el problema para ellos, sostuvo la chica agraviada.
“Los maestros sólo me bajaron a la orientación y mandaron a llamar a mi mamá y mandaron a llamar a la mamá de la otra, y le dijeron a mi mamá que me llevaran (al doctor) y que me curaran y ya”, agregó.
Los daños físicos fueron el rostro surcado por rasguños, el cuello lastimado por “jalones de pelo”, y el labio inferior roto por una última patada que le dio su joven agresora cuando intentaba incorporarse del suelo.
La batalla por denunciar
Acompañada por su mamá, quien no domina el español, y por su tía de la misma etnia, y quien fungió como tutora, fueron a presentar la denuncia ante la autoridad.
Sin embargo, en la Agencia Central de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) le dijeron que no podían hacer nada porque se trataba de una adolescente. Al trasladarse a la Agencia 59 del Menor, le dijeron que sí levantaban el acta correspondiente la niña se tenía que quedar bajo la custodia de las autoridades.
La intimidación del MP a la mujer para que no iniciara la denuncia, por la cual le dijeron que le iban a quitar a la niña, surtió efecto.
Por temor se retiraron con la impotencia de no poderse defender de ninguna manera de la discriminación y violencia que sufre sólo por pertenecer a una comunidad indígena.
Familiares de Angelina señalaron que no es la primera ocasión que sufre de agresiones por ser indígena. Inclusive, ya había sido esto denunciada ante las autoridades de la Escuela Secundaria Técnica número 42 que se ubica en las calles de Gorostiza y Tenochtitlan, barrio de Tepito.
“Hemos metido muchas quejas, hemos ido en varias ocasiones a la escuela mi mamá y yo que soy su primo, y nada más son promesas de que se va a solucionar, de que todo se va a arreglar, de que se van a tomar medidas pero realmente no vemos solución.
“Son varios los problemas de que llaman de la escuela y nos dicen que ya le cortaron su mochila, que ya se la metieron al baño y la orinaron y todo ese tipo de cosas han pasado con ella y la insultan constantemente por ser indígena”, explicó Humberto Gil, primo de Angelina.
Con la férrea voluntad que caracteriza a los miembros de comunidades indígenas que desean sobresalir a sus medio , la menor confió en reponer sus calificaciones que en un principio eran de 9.8 y que durante el segundo año disminuyó a un promedio de 8.1 como resultado del acoso y los traumas que le han ocasionado las agresiones de sus compañeros.
Aún así Angelina dijo que seguirá esforzándose para lograr buenas calificaciones y regresará a la secundaria e ingresar a la preparatoria, pues su objetivo es titularse como médico cirujano.
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