Una persona que haya tenido contacto con material radiactivo puede generar una cadena de contaminación que afecte hasta tres personas más. Esta cadena sí podría darse, porque en el país sólo un hospital cuenta con protocolos para atender una situación de este tipo.

 

Israel Crespo, especialista en Medicina Preventiva, explicó que el individuo que manipula el material es el más afectado y puede morir en un lapso de dos horas, sin embargo su cadáver se convierte en un foco de radiación que contamina a quienes estén en contacto directo con él.

 

El grado de contaminación dependerá del nivel de radiación y el tiempo de exposición entre una persona y otra, añadió el experto.

 

Si la segunda persona en esta cadena acude a los servicios médicos y el personal no realiza un manejo adecuado del paciente puede irradiarse y, a su vez, afectar a compañeros o familiares con los que tenga contacto.

 

Crespo señaló que ningún hospital público cuenta con protocolos para la atención  de una crisis radiactiva, a excepción del Hospital ABC de Santa Fe, que hace dos años obtuvo una certificación para contención primaria, debido a su cercanía con la planta nuclear del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, ubicado en los límites del Distrito Federal y el Estado de México.

 

Aunado a esto, dijo, en el país son pocos los médicos capacitados en el manejo de material radiactivo, por lo que el sistema de salud no está listo para atender una emergencia de este tipo.

 

Recordó un caso registrado en los años 80, cuando ingresaron al país varillas de acero contaminadas con radiación y parte de este material fue usado en la construcción de la Clínica 32 del IMSS, en Villacoapa, al sur de la Ciudad de México. Debido a esto, la unidad médica estuvo cerrada hasta que la varilla fue recubierta con plomo.

 

El riesgo es mínimo, dice la autoridad

 

José Antonio Copca García, subsecretario de Prestaciones de Servicios Médicos de la Secretaría de Salud de Hidalgo, aseguró que el riesgo para los médicos que eventualmente atiendan a pacientes expuestos a la radiación de cobalto 60 es mínimo o nulo, por lo que hace falta que vistan un equipo especial de protección.

 

En entrevista, el médico dijo que autoridades federales involucradas en la atención del caso les reiteraron que el personal únicamente debe notificarles que recibieron un paciente con los síntomas característicos por la irradiación: náusea, vómito, dolor de cabeza, convulsiones y diarrea.

 

De acuerdo la vocería de la autoridad sanitaria estatal, los hospitales de la Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE están en alerta ante la posible presencia de personas contaminadas que acudan a solicitar los servicios.

 

En el caso del hospital de Tizayuca, donde ocurrió el robo, los médicos tienen la instrucción de trasladar al paciente al Estado de México o al hospital general de Pachuca, la capital de Hidalgo.

 

Copca García refirió que los pacientes tampoco requieren un tratamiento especializado, sólo medicamentos para atender los síntomas que presenten.