Los Legionarios de Cristo reconocieron hoy públicamente que 35 de sus sacerdotes recibieron acusaciones de haber perpetrado abusos sexuales contra menores de 18 años desde 1941 a la fecha, y nueve de ellos fueron hallados.
El vicario general de la congregación, Sylvester Heereman, envió una carta a todos sus integrantes en la cual incluyó un exhaustivo diagnóstico sobre los casos de abusos en el instituto religioso, incluyendo los de su fundador, Marcial Maciel.
Según el texto, de las 35 acusaciones, unas 14 no procedieron porque se trató de “acusaciones infundadas” o “comportamiento imprudente”, mientras que entre los nueve culpables se incluyó abiertamente a Maciel.
En tanto que dos casos más no eran “aptos para una investigación” cuando se presentó la denuncia correspondiente y otros 10 señalamientos se encuentran en proceso.
Además, otros seis superiores fueron acusados de comportamientos sexuales inapropiados con adultos bajo su autoridad, de los cuales tres no procedieron (entre otras cosas porque no llegaron a ser delitos) y otros tres fueron encontrados culpables (incluido Maciel).
“Desde su fundación, la Legión de Cristo ha ordenado mil 133 sacerdotes. Estos números arrojan que 0.8 por ciento de los sacerdotes legionarios han sido declarados culpables de abuso sexual”, indicó una nota de la oficina de prensa de la congregación en Roma.
En su carta, el vicario se refirió también al trabajo de la Comisión de Acercamiento con las víctimas de Maciel, constituida con el objetivo de encontrar una solución para las personas que sufrieron ataques de parte del sacerdote mexicano.
Indicó que “todas las víctimas que se han acercado han sido visitadas, escuchadas y atendidas”, aunque no precisó cuántas fueron y reconoció que “algunas personas no han querido entablar contacto con la comisión”.
Sobre las víctimas que sí se acercaron, sostuvo que la comisión presentó “propuestas personalizadas” (que también incluían recompensas económicas) al delegado pontificio, Velasio De Paolis.
“Hemos actuado en consecuencia y en este momento ninguno de estos casos queda abierto”, explicó Heereman.
Además, el vicario señaló que se emitieron seis directivas concretas que tendrán vigencia en toda la congregación para el combate a los abusos.
Entre otras cosas, instó a cada región en la que se dividen los Legionarios a colaborar con las autoridades civiles y eclesiásticas, a poner en práctica medidas estrictas para la selección de candidatos y capacitarlos para la prevención de estos casos.
Estableció que las mismas unidades territoriales deben tener procedimientos claros para responder a las denuncias, respetando las necesidades de la presunta víctima y del acusado.
“La prioridad más grande es el bien y la sanación de la víctima y la prevención de nuevos incidentes. Toda persona tiene derecho a la presunción de inocencia, pero esto nunca estará reñido con la plena colaboración con las autoridades y con la atención a las víctimas”, aseveró.
Heereman anticipó que, en algunos casos será necesario que los superiores de la congregación den a conocer el hecho de una denuncia recibida y también los resultados de una investigación.
“Al dar este paso, que puede llegar a ser un deber de justicia para con las víctimas y las personas encomendadas a nuestro cuidado pastoral, es posible que se deban sufrir efectos no deseados como el escándalo y el daño a la buena fama del sacerdote”, apuntó.