Esta localidad, ubicada a las orillas del Lago Michigan, y por el cual pasa el Rio Kalamazoo, está rodeada de dunas de arena al oeste y sembradíos al este. Es un lugar que aún conserva una arquitectura típica antigua y después de la Guerra Civil. También, desde finales de los 1800 este pueblo ha sido favorecido por artistas que todavía muestran su presencia a través de las galerías existentes y tiendas en las que uno encuentra todo tipo de artesanías: joyería, ropa y hasta muebles. Es un pueblo lleno de vida y personalidad, en el que todavía uno puede recorrer la calle principal, (conocida como Main Street como en cualquier pueblo de antaño) y recorrer las pequeñas tiendas llenas de curiosidades.
En esta época del año, tienes que llegar bien abrigado. Justo el día que arribamos, había caído una fuerte nevada, lo que nos garantizó escenas hermosas de todo el pueblo cubierto con una capa ligera de nieve blanca que brillaba con la luz del sol. Como sería de esperar en un pueblito de esta naturaleza, aquí no hay grandes hoteles, sino lo más común es encontrar pequeñas casas de huéspedes.
Para nuestra estancia, escogimos quedarnos en el Belvedere Inn, un pequeño hostal con 10 habitaciones. La casa es magnifica y justo este año celebra sus primeros 100 años de vida. Con el estilo de la arquitectura popularizada por Frank Lloyd Wright, la casa fue llamada Belvedere, que en italiano significa “vista bella”, ya que en un buen día, desde sus ventanas uno puede admirar el Lago Goshorn, el Lago Michigan y las dunas desde la mansión. En esta época, uno podía sentirse perdido en el tiempo, entre la nieve y los altos árboles que rodeaban la casa.
Parecería que en esta región, el banquete del Belvedere Inn de Día de Acción de Gracias es ampliamente reconocido. A este asisten tanto sus huéspedes, muchos quienes vienen año con año, así como familias locales que prefieren no cocinar en casa. Este año, el menú incluyó unos pavos jugosos, jamones con mostaza a la antigua, papas, camote, compota de arándano, verduras a la parilla, panes y todo tipo de delicias, incluyendo una amplia selección de postres. Además, cuentan con una amplia selección de vinos, que son ideales para maridar con su cocina.
La aventura resultó deliciosa. Sentada a la mesa entre mi esposo y mi abuela, pude compartir y agradecer todo lo que trajo el año. Además en esta ocasión, mi agradecimiento fue aún mayor, al poder estar disfrutando con mi abuela esta experiencia. Sin duda, no se cuantas nietas puedan viajar con su abuela de 92 años quien está llena de vida y de historias deliciosas que me llenan de orgullo sobre mis raíces y orígenes.
Además, lo fabuloso de esta fecha, es que el día de Acción de Gracias no es una celebración religiosa. En muchos hogares en los Estados Unidos, el Día de Gracias se centra en cocinar y compartir un gran banquete con la familia y amigos. Hoy el 90% de los norteamericanos comen pavo, así como preparaciones que pueden variar el menú dependiendo de la región. Fue toda una experiencia festejar este día en una casa de época con un delicioso banquete.
“Esta fecha invita a la reflexión y al agradecimiento. Se que en México no la festejamos, aunque cada año es más frecuente ver algunos restaurantes con menús especiales. Sin embargo, ojalá y todos encontremos este momento para dar gracias por todo lo que nos da la vida. Sobre todo ahora que arranca la cuenta regresiva y frenesí de las fechas Navideñas y estamos a punto de iniciar un nuevo año, ¿porqué no pausar y dar gracias?”
Espero que tengas un maravilloso día y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!
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The Belvedere Inn & Restaurant,
http://www.thebelvedereinn.com
3656 63rd Street, Saugatuck MI
Tel. (269) 857-5777