Semillas genéticamente modificadas para aumentar la posibilidad de germinación, sistemas de riego para el ahorro de agua, métodos tecnificados de calefacción para regular la temperatura dentro de los cultivos e, incluso, diminutas arañas que se usan para acabar con las plagas y con ello evitar en lo posible el uso de fertilizantes, son algunas de las herramientas que se usan en México para la producción de la flor de nochebuena.
Considerada como uno de los símbolos de la Navidad, la flor de nochebuena tiene una larga historia de modificaciones genéticas y de cuidados tecnológicos detrás de su belleza y colorido.