Un grupo internacional de científicos asociados al Deep Carbon Observatory (DCO) anunció hoy el descubrimiento de un nuevo método para la producción barata de hidrógeno sin necesidad de hidrocarburos que puede revolucionar el sector energético.
Los científicos dijeron que han copiado y mejorado el proceso por el que en la naturaleza se produce el hidrógeno y que han conseguido producir el elemento simplemente combinando agua con minerales a temperaturas de entre 200 y 300 grados centígrados.
El proceso, descubierto por tres investigadoras de la Universidad francesa Claude Bernard Lyon 1, produce hidrógeno dos veces más rápido, y sin el consumo de hidrocarburos, que los métodos experimentales actuales.
El hidrógeno está empezando a ser utilizado como combustible en automóviles que no generan dióxido de carbono con la esperanza de que sustituya en el futuro al petróleo.
Este proceso, que será presentado por los científicos de DCO en la reunión de la Asociación Geofísica de Estados Unidos que se celebra del 9 al 11 de diciembre en San Francisco, además produce hidrógeno hasta 50 veces más rápido que en la naturaleza.
La investigadora Muriel Andreani dijo que, en la actualidad, el 95 % de la producción industrial de hidrógeno se hace utilizando hidrocarburos, lo que contribuye a la emisión de gases con efecto invernadero.
“Lo que estamos proponiendo es un método libre de carbono, simplemente utilizando agua y minerales para el núcleo de la reacción. Y para acelerarla se puede utilizar energía solar o eólica”, explicó la científica.
Los investigadores utilizaron un instrumento microscópico de alta presión denominado celda de yunque de diamante en el que combinaron óxido de aluminio, agua y un mineral llamado olivino.
Con esta receta, a una temperatura de entre 200 y 300 grados y una presión de 2 kilobares, el equipo consiguió producir hidrógeno a gran velocidad y de forma más barata que los métodos tradicionales.
En la naturaleza, el mecanismo para la producción de hidrógeno es simplemente el contacto de agua con olivino en el subsuelo.
El profesor de la Universidad Rockefeller y fundador del programa DCO, Jesse Ausubel, explicó a Efe que “lo que es tremendamente interesante del descubrimiento es el papel del aluminio como catalizador de la reacción”.
“Durante los últimos 40 años se ha estado buscando catalizadores que produzcan hidrógeno y se han utilizado elementos como bromo, yodo e incluso mercurio. Este descubrimiento nos posibilita producir grandes cantidades de hidrógeno con una tecnología mucho menos complicada y un mineral muy habitual”, añadió Ausubel.
Pero el trabajo de los investigadores de DCO también abre la puerta a otra fascinante posibilidad: la existencia, en el pasado o el presente, de vida en otros planetas del sistema solar.
La investigadora Isabelle Daniel, que junto con Andreani y Marion Pollet-Villard han descubierto el proceso, declaró a Efe que el hidrógeno es el combustible del que se alimentan los microbios que existen en el subsuelo a grandes profundidades de la superficie terrestre.
“El hidrógeno es fundamental para los microorganismos en las profundidades terrestres. Y la producción de hidrógeno en el subsuelo por el contacto de olivino con agua explica la abundancia de vida en el subsuelo”, dijo Daniel.
“Pero olivino es también un mineral que se encuentra en la mayoría de los planetas del sistema solar. Tan pronto como el olivino entra en contacto con agua se va a producir hidrógeno. Y el hidrógeno es el alimento para microorganismos” agregó la científica.
El director ejecutivo de DCO, el científico Robert Hazen, destacó que, tres años después del inicio del proyecto para descubrir el funcionamiento del interior de la Tierra y el papel que juega el carbono, los alrededor de 1.000 científicos que colaboran en el programa están produciendo los primeros resultados significativos.
“Somos muy ambiciosos”, dijo Hazen, quien agregó que “este nuevo descubrimiento sobre el hidrógeno toca todos los aspectos en los que trabaja DCO: la vida a grandes profundidades, el flujo de carbono desde el interior del planeta, la generación de energía en las profundidades y la física y química extremas del carbón”.
Ausubel añadió que el trabajo de DCO, cuyo objetivo es realizar una década de investigación, producirá otras “ideas radicales” en los próximos años sobre el origen de la vida y el futuro del planeta.