La reforma político-electoral, aprobada en el Senado y la Cámara de diputados, deja en el limbo la autonomía de los órganos electorales locales, debido a la ambigüedad sobre las atribuciones presupuestarias y operativas del nuevo Instituto Nacional de Elecciones respecto a la organización de comicios en las entidades del país.
Los cuatro consejeros del actual Instituto Federal Electoral (IFE) enviaron un estudio técnico al Senado y Cámara de Diputados, en el cual revelan la falta de definición de la reforma, que a largo plazo tendría consecuencias como la duplicidad de funciones y el incremento monetario de las elecciones.
De acuerdo con el documento, en poder de 24 HORAS, la reforma que desaparece al IFE, carece de claridad en el “cómo, cuándo, por qué y quién de las elecciones locales, lo cual redundará en la baja efectividad de la regulación electoral, desconfianza y un vacío de legitimidad en la renovación de poderes locales, que además afectaría gravemente a las elecciones federales”.
Al delegar funciones de los estados a un instituto federal, según el diagnóstico, se deja en el aire las “definiciones mínimas” para la ejecución, presupuesto y operatividad de las elecciones en las 31 entidades del país.
El IFE considera que con la creación de un Instituto Nacional de Elecciones existen contradicciones respecto a la autonomía de los órganos locales, porque el INE “se haría cargo de un servicio profesional nacional, elegiría a los integrantes de los consejos locales y determinaría lineamientos y reglas en la preparación de la jornada electoral”.
La duplicidad de gastos y funciones, explicaron, ocurriría en “capacitación electoral, impresión de materiales como boletas de votación, designación de funcionarios de casillas”. Además, “se pronostican pérdidas de recursos y parálisis derivadas de las complicaciones presupuestales de la atracción o delegación de funciones entre INE y órganos locales”.
Como está redactada la reforma electoral, el nuevo instituto se saturaría de conflictos locales, lo cual “contaminaría la relación con los partidos nacionales por temas locales o que exista parálisis en el órgano máximo de dirección”.
Una de las mayores problemáticas, señala el diagnóstico entregado al Poder Legislativo, es que lo aprobado no define el cómo de la transición de IFE a INE, lo cual, pone en riesgo la organización de comicios equitativos en 2014 y 2015.
Prácticamente se declaró la desaparición del Instituto Federal Electoral, sin anticipar, qué pasará con sus empleados y sus suborganismos. Además, los consejeros ven “poco viable” que antes del 30 de abril de 2014 se cuente con las leyes secundarias que permitan operar al INE.
Por lo cual, para las elecciones locales de 2014 en Nayarit y Coahuila, así como en el inicio del proceso federal 2015, en el que se relevará a los integrantes la Cámara de Diputados, el nuevo instituto tendrá que solventar en fast track “los reglamentos para instrumentar las disposiciones constitucionales y, con ello, vulnera el principio de certeza en detrimento de los sujetos involucrados en las contiendas electorales”.